A sus 90 años, Sophia Loren sigue siendo un icono del cine y de la belleza mediterránea, un ejemplo poderoso de vitalidad, carácter y amor por la vida. Una mujer que se sentó a la mesa, y en lugar de perder la mano, cambió las reglas del juego para hacer de las suyas las cartas ganadoras. Fue la primera mujer en recibir un Óscar por una interpretación de habla no-inglesa, y rompió los moldes de una sociedad que no dejaba demasiado espacio para encontrar una voz propia.
Sin embargo, tras toda esa magnificencia se esconde una mujer de hábitos sencillos. Su rutina diaria, sencilla, pero constante, es el reflejo de una filosofía profundamente personal que le permite, a sus 90 años, seguir siendo la mujer hermosa que siempre ha sido. Sus secretos son cuidarse sin obsesionarse, moverse cada día y seguir mirando hacia adelante con ilusión.
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Belleza sin fórmulas mágicas
Cuando Sophia Loren dio sus primeros pasos profesionales, la descartaron por no tener lo que en aquel entonces se consideraba una belleza canónica. La definieron como “imposible de fotografiar”. Y ella, sin embargo, siguió adelante sin miedo.
“Sé muy bien que mi belleza es el resultado de combinar un montón de irregularidades en un solo rostro, mi rostro. Gane o pierda, será la versión original”, recuerda la actriz que se negó a seguir el camino de sus predecesoras y pasar por quirófano para conseguir una imagen más “fotografiable”.
Ahora, con el paso de los años, no cabe duda de que esa aceptación profunda de sí misma ha sido su mejor cosmético. A lo largo de los años, ha reconocido el valor de lo natural. El producto estrella de su tocador es el aceite de oliva, que la actriz confesaba usar para darle brillo al pelo y para darse duchas hidrantes, añadiendo en la bañera “justo lo que cabe en el tapón”.
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El secreto más simple y eficaz
Para mantener su figura, “la Loren”, como la conocen sus fans, sigue una rutina sencilla pero constante. Una que, además de ayudarla a mantenerse en forma, es esencial para su optimista. Así lo explicaba en 2007 para el Daily Mail, en el que contaba: “Siempre me levanto temprano y salto de la cama, a veces sin querer, porque siempre se puede encontrar una coartada para no hacer ejercicio. Luego salgo a caminar durante una hora. Mientras camino por el parque siempre pienso: ‘Tal vez a la vuelta de la esquina encuentre algo hermoso’”.
Esta forma de ver la vida es doblemente positiva. Por un lado, la mantiene en movimiento, algo que, como nos recuerda el entrenador Juan Antonio Marina, es esencial a partir de los 60. “Caminar es una actividad genial que recomiendo siempre”, confesaba el entrenador para Lecturas. “Mejora la circulación y reduce el estrés”, añadía.
Pero, además, este hábito de Loren refleja algo más profundo. “Siempre pienso en positivo”, confesaba la actriz italiana, “es muy raro que me encuentres de un humor triste o melancólico. Este optimismo radical, como dice el Dr. José Viñas, uno de los mayores expertos en longevidad del mundo, es esencial para tener una vida larga. “Los optimistas vivimos más” revela en su nuevo libro La ciencia de la longevidad.
Comer, disfrutar y vivir
Sophia Loren nunca ha escondido su amor por la buena mesa. De hecho, ha sido una de las pocas figuras públicas en declarar, con orgullo, que no está dispuesta a renunciar al placer por encajar en una talla. Su famosa frase, “prefiero comer pasta y tomar vino que ser una talla cero”, es un emblema de la libertad corporal.
Y es que, como dijo la actriz para The Times, su felicidad se la debe a “el amor por la vida, los espaguetis y el aceite de oliva virgen”. En la misma entrevista aseguraba, “todo lo que tengo, se lo debo a los espaguetis”.
Eso sí, con los años ha aprendido a cambiar su forma de comer, algo esencial a partir de los 60, cuando la menopausia llama a la puerta. “Ahora son solo pequeñas porciones”, contaba en una entrevista en 2009, “ya no tomo mucha pasta, ni dulces (que me encantan). Tengo un poco de cuidado (tampoco mucho) para no ganar peso”.
Su dieta, como buena italiana, tiene raíces mediterráneas. El aceite de oliva, los vegetales, las legumbres y, por supuesto, la pasta, no faltan en sus platos.
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Envejecer sin rendirse
El verdadero mensaje de Sophia Loren es que la edad no importa tanto como parece. “Las cosas no cambian demasiado”, decía para The Guardian. “El cuerpo cambia, pero la mente no. Bueno, a veces. Pero entonces me digo ‘Cállate. Sé fuerte. Sigue andando e inténtalo. A veces cometes errores a veces ganas. Yo he cometido errores. Y aún así he ganado”.
Esta particular filosofía de vida encaja a la perfección con otra célebre cita de la actriz, que dice “la edad es una condición, no un privilegio”. Cada arruga cuenta una historia y cada día suma. La edad no debe definirnos, ni limitarnos, sino enseñarnos a vivir con más libertad, como “la Loren” lleva por bandera.