Mikel Izquierdo, catedrático en salud: "Caminar 30 minutos al día ya no es suficiente especialmente en adultos mayores"

El experto ha compartido los motivos por los que practicar ejercicio físico es clave para luchar contra el envejecimiento.

Mikel Izquierdo
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Vivir más puede ser sinónimo de vivir mejor. Parte del deterioro físico y cognitivo que sufrimos en la tercera edad está en nuestras manos. Depende en gran parte de los hábitos que mantenemos. Es cierto que nuestro organismo envejece con el paso del tiempo. Pierde elasticidad y masa muscular. Nuestra función cognitiva también se ve afectada poco a poco. El envejecimiento provoca cambios en la memoria, el lenguaje y la atención. Aunque sumar años es inevitable, sí tenemos la capacidad de cuidar de nuestro organismo para envejecer mejor. El ejercicio físico y la alimentación son dos alternativas fundamentales que deben adaptarse a nuestras capacidades. Mikel Izquierdo, experto en envejecimiento, ha compartido las claves sobre el impacto del deporte en nuestro organismo.

“Hacer pesas y ejercicios de fuerza puede prolongar la vida”

La Universidad de Harvard lo avala. El ejercicio físico está directamente relacionado con el envejecimiento. Es capaz de evitar la aparición de ciertas enfermedades y mejorar nuestra calidad de vida. “El único fármaco conocido contra el envejecimiento es el ejercicio físico”, asegura el experto Mikel Izquierdo. Esta es la fórmula más eficaz. Mantener un estilo de vida saludable puede marcar la diferencia en la tercera edad.

Por ello, los expertos insisten. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda, al menos, 150 minutos de actividad física aeróbica por semana en adultos. Pero esto no es todo. Los expertos también hacen hincapié en los entrenamientos de fuerza con una frecuencia de dos o tres días por semana. Caminar 30 minutos al día o dar 1.000 pasos ya no es suficiente. Este era, hasta ahora, uno de los consejos más populares al que algunos expertos han puesto fin.

“Son recomendaciones que han quedado obsoletas”, asegura Mikel. Parece ser que ya no es suficiente con caminar de forma moderada. “Especialmente para adultos mayores que enfrentan afecciones de salud complejas”, sostiene el mismo experto. Es cierto que andar tiene una serie de beneficios, pero podemos hacer mucho más por cuidar de nuestra salud de cara a la tercera edad.

"Las investigaciones han demostrado que el entrenamiento de resistencia progresiva (PRT) es una de las formas más efectivas de mantener o incluso aumentar la fuerza y la función muscular. Muchos planes de ejercicio se quedan cortos debido a su baja intensidad o volumen insuficiente. Las prescripciones de ejercicio subóptimas, como la dosis inadecuada de medicamentos, reducen la efectividad del tratamiento", añade.

Por todos estos motivos, los expertos apuestan por los entrenamientos de fuerza. Levantar peso es mucho más beneficioso de lo que creemos y no tiene por qué ser un lastre en nuestro día a día. “Hacer pesas y ejercicios de fuerza puede prolongar la vida”, señala el mismo experto en un artículo publicado en ‘The Conversation’.

Realizar ejercicios adaptados a nuestras capacidades y necesidades es fundamental para evitar lesiones y, sobre todo, ser constantes. Los expertos recomiendan realizar un entrenamiento personalizado que nos ayude a construir y mantener una masa muscular saludable. Gracias a este tipo de entrenamiento, nuestro yo del futuro disfrutará de una mayor calidad de vida mientras envejece.

De lo contrario, tareas tan sencillas como subir escaleras, agacharse o transportar las bosas de la compra nos serán imposibles. En cualquier caso, llevar una vida saludable es mucho más que hacer ejercicio físico. Cuidar de nuestra alimentación y rodearnos de personas vitaminas también es fundamental. El estudio más longevo sobre felicidad elaborado en adultos asegura que mantener vínculos de calidad también es crucial para disfrutar de una mayor calidad de vida.

Además, es uno de los elementos más importantes para evitar problemas de salud mental en la tercera edad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la soledad es una de las mayores epidemias silenciosas que existen. Aumenta el riesgo de depresión, ansiedad y deterioro cognitivo. Además, puede provocar otros problemas derivados como insomnio o trastornos del sueño.

Por el contrario, el acompañamiento es fundamental para afrontar el envejecimiento. El apoyo social, físico y emocional ayuda a los más ancianos a mejorar su salud y el desarrollo de su día a día. Las conclusiones de los expertos son claras. El conjunto de estos hábitos es el mejor fármaco para luchar contra el envejecimiento y disfrutar de una mayor calidad de vida.