Raphael y Natalia Figueroa, en 1987, nos abrían las puertas de su fabulosa casa en una de las zonas más lujosas de Miami

La mansión, ubicada en Key Biscayne, una de las zonas más lujosas de Miami, había pertenecido al expresidente Richard Nixon

Raphael y Natalia Figueoa
Archivo Lecturas
Montse Jolis
Montse Jolis

Periodista especializada en corazón y sociedad

Forman uno de los matrimonios más longevos del famoseo español. Raphael (80 años) y Natalia Figueroa (84 años) se casaron en Venecia en julio de 1972, por lo que ya han celebrado sus bodas de oro como marido y mujer. "El día que me casé con ella obtuve mi mayor éxito. Natalia ha sido mi mejor concierto", admitió Raphael hace años. Son padres de tres hijos, Jacobo, Alejandra y Manuel, que les han dado ocho nietos, de los que el cantante y la aristócrata se sienten muy orgullosos.

El secuestro de Natalia Figueroa

Hace años que Raphael y Natalia residen en Madrid, pero hubo un tiempo en el que, como otros muchos artistas españoles –Julio Iglesias, Alejandro Sanz, Danny Daniel...–, el cantante de Linares instaló su cuartel general en Miami, centro neurálgico de intérpretes y compositores de música latina. Era 1987 y Raphael triunfaba en España y en Latinoamérica y adquirió una fabulosa mansión en la Florida.

 

Raphael y Natalia

Raphael y Natalia se casaron en julio de 1972.

Archivo Lecturas

Hubo otro motivo no menos importante para que la familia Martos decidiera trasladarse a vivir a Miami. En 1979, Natalia Figueroa había vivido un asalto en la casa familiar de Boadilla del Monte, en Madrid, y fue secuestrada durante diez horas. Raphael estaba de gira por América y se enteró del horrible suceso estando a miles de kilómetros de su casa. Al igual que sucediera con Julio Iglesias y su padre, Julio Iglesias Puga –secuestrado por ETA en 1981–, ambas familias decidieron trasladarse a Miami buscando tranquilidad y, sobre todo, seguridad.

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Al borde del mar y rodeada de palmeras

Raphael y Natalia

Raphael y Natalia, en la piscina de la casa, que cuenta con un gran porche.

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Raphael y Natalia adquirieron esta casa en 1985 y vivieron en ella hasta 2002, año en el que la vendieron. Antes de que fuera el hogar de los Martos-Figueroa, la mansión tuvo un ilustre propietario, el expresidente de los Estados Unidos Richard Nixon, quien tuvo que renunciar a la presidencia en los años 70 por el escándalo Watergate. En Miami, esta residencia era conocida como 'la Casa Blanca de Miami'. A la entrada de la casa aún estaban las siglas de su anterior propietario 'R.N.', pero Raphael las hizo suyas afirmando que la 'R' era de Raphael y la 'N' de Natalia.

La casa está situada en una de las zonas más privilegiadas de Miami, Key Biscayne, al sur de Miami Beach. Como todas las residencias de la zona, es muy luminosa, tiene vistas al mar y, eso sí –no todo va a ser perfecto– está en primera línea de afectación de los huracanes que, regularmente, azotan la zona. Muy cerca se encuentra el helipuerto Nixon, de modo que los residentes pueden llegar a sus domicilios en helicóptero si así lo precisan.

En 1987, justo al terminar una de sus existosas giras americanas, Raphael y su mujer, Natalia Figueroa, abrieron las puertas de su casa a la revista Lecturas.

Raphael en su casa de Miami

El salón de la casa es amplio y luminoso.

Archivo Lecturas

Colores blancos, ocres y amarillos

La decoración de la casa es obra del matrimonio y es acorde a los gustos y las modas de los años 80. Blancos, ocres, amarillos y tonos pastel para una vivienda en la que se respira mar y sol. Las paredes están adornadas con diferentes cuadros pintados por el propio cantante, quien nos descubría así su otra faceta artística: en su tiempo libre le gusta dar rienda suelta a su creatividad y la plasma en los lienzos.

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Así relataba la visita que la revista Lecturas realizaba a la casa de Raphael: "Acaba de finalizar su gira americana y se ha reunido con su familia en Miami, donde sus tres hijos están cursando sus estudios este año".

Raphael

En sus ratos libres, a Raphael le gusta pintar.

Archivo Lecturas

"El cantante se ha tomado un periodo de tres meses de descanso para planificar su carrera y disfrutar de la compañía de su esposa, Natalia Figueroa, y de sus tres hijos: Jacobo, de 13 años, Alejandra, de 12; y Manuel, de 8", publicaba Lecturas.

Raphael

Las paredes de la casa están decoradas con sus pinturas.

Archivo Lecturas

"Mi hijo pequeño habla inglés a la velocidad del Pato Donald"

En su casa de Key Biscayne, los Martos-Figueroa crearon su hogar americano. "Un descanso de este tipo es muy necesario para cualquier artista, sobre todo si se llevan 26 años de profesión como llevo yo", confesaba el cantante a la revista Lecturas. Jacobo, Alejandra y Manuel son, sin duda, quienes más disfrutan de la casa, del mar y de la fabulosa piscina que posee la mansión.

Raphael

Otro de los rincones de la casa.

Archivo Lecturas

Una de las preocupaciones del matrimonio es que sus hijos aprendan inglés. "El pequeño ya habla a la misma velocidad que el Pato Donald, pero el curso que viene vuelven a estudiar a su país", desveló Raphael, quien nunca ha ocultado el orgullo que siente por sus tres hijos. Jacobo, actualmente, es director de audiovisuales,Alejandra es restauradora, y el pequeño, Manuel, el que habla inglés a la velocidad del Pato Donald, es músico como su padre y es ejecutivo de Universal Music, la discográfica con la que tiene contrato Raphael. Manuel, recientemente, se ha separado por segunda vez de su mujer, Amelia Bono, con quien tiene cuatro hijos.

La casa fue demolida por los nuevos dueños

En 1987 los tres hijos de Raphael y Natalia aún eran unos niños y sus padres procuraron darles una educación "totalmente liberal, como somos Natalia y yo", reconocía el cantante. "Todos hacen lo que les da la gana, siempre que lo que les dé la gana esté bien", afirmaba con su habitual socarronería.

El cantante también tenía palabras de amor para su mujer: "Las cosas íntimas no querrás que te las cuente, ¿verdad? Natalia ha sido mi mejor concierto", zanjó el cantante.

De la casa de Raphael y Natalia en Miami ya no queda nada, pues sus nuevos propietarios la demolieron por completo y en la parcela construyeron una edificación totalmente nueva.

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