Fluctuación. Se trata de una palabra que no dejamos de escuchar y que asusta, sobre todo cuando significa que los precios se han disparado en esa montaña rusa económica que nos afecta para mal o para bien en nuestro día a día.
Tras años de mucha incertidumbre, cambios en los intereses de los particulares a raíz de los meses de confinamiento durante la pandemia y la intranquilidad de unos intereses al alza con la incesante subida del Euríbor, parece que el mar de la vivienda está más calmado, pero en cuanto a la compra se refiere.
De hecho, el economista y director del máster en Asesoría, Gestión y Promoción Inmobiliaria de la Universitat de Barcelona, Gonzalo Bernados (62 años), tiene claro que estamos ante un momento idóneo para invertir en inmuebles.
Cada vez son más las noticias que invitan a respirar ese optimismo, con mayor capacidad de los bancos en la concesión de hipotecas, mejores condiciones y un panorama que, a la larga, podría cambiar. Si en unos años se hará más difícil, el 2025 se presenta como el año de la oportunidad, aunque para muchos jóvenes todavía hay que dedicar horas delante de la calculadora.
Boom inmobiliario
Gonzalo Bernardos considera que este es el momento de lanzarse a la piscina inmobiliaria para invertir, dado que con el paso de los meses, la situación va a cambiar y se hará más difícil asumir el precio al alza de los inmuebles que podamos buscar.
"Estamos ya en boom inmobiliario. El año que viene, el precio de la vivienda nueva en algunas ubicaciones nuevas va a subir más del 15%. En general, en toda España, el precio de la vivienda usada va a subir más del 10%", alerta el profesor de economía en el canal de 'Trioteca meetings'.
El experto explica por qué va a suceder tal y como lo analiza y cuál es la causa de ese incremento que prevé: "Hay una tormenta perfecta favorable a los compradores de vivienda. En primer lugar, muchísima gente tiene empleo y en segundo lugar, tienen ya contratos fijos gracias a la reforma laboral".
En este escenario, quien puede y tiene la capacidad para asumir la cantidad necesaria para los gastos iniciales y para el ingreso de la entrada (el valor que no cubre nuestro banco con el préstamo hipotecario), asume la carga y opta por esta vía ante una oferta escasa, precaria e inasumible en alquiler.
Salarios e inflación
A lo largo de estos últimos años, la mayor preocupación se daba por la subida de los precios, en general, para cada partida presupuestaria que incluíamos en nuestro 'Excel' particular. Asumíamos el día a día con el aumento constante en la factura de la luz, la gasolina, la cesta de la compra y lo que destinamos al ocio cada semana.
Según Gonzalo Bernardos, "el año que viene los salarios subirán más que la inflación (incremento en precios)" y hay otra buena noticia para quienes apuesten por la inversión inmobiliaria, ya que "los tipos de interés seguirán bajando" y "los bancos, para ganar más dinero, van a abrir las puertas de las entidades y van a ofrecer mucho más crédito".
Otra de las cuestiones que más preocupaban a quienes tenían una hipoteca era la consecuencia de la subida del Euríbor (índice de referencia en el tipo de interés de bancos europeos), ya que afectaba directamente a las variables, que alcanzaron cifras desorbitadas, en algunos casos.
En ese sentido, al análisis y la previsión que hace el director del máster especializado en Asesoría, Gestión y Promoción Inmobiliaria es optimista, ya que el coste del préstamo, ahora, disminuiría notablemente para los clientes que lo soliciten.
El alquiler, por las nubes
"Vamos a observar cómo el alquiler llega a máximos históricos en las 52 capitales de provincia de España y que me sale más barato comprar y pagar la cuota hipotecaria que pagar un alquiler", alerta Bernardos, consciente de la más que preocupante situación de los arrendamientos en las grandes ciudades.
Finalmente, continúa exponiendo el economista, "hay una demanda embalsada espectacular con condiciones financieras del 2023". "Hay un millón de hogares dispuestos a comprar. Hace falta ver si encuentran el producto adecuado y les salen las cuentas", asegura Gonzalo.
Hay una guinda en el pastel y es que "España está cada vez más de moda y cada vez tenemos más compra de extranjeros". Esto provocará, dice, que "volvamos a cifras de ventas de la etapa 2004-2007", cuando se vendieron 800.000 viviendas. Según el cálculo del profesor, en 2026 estaremos hablando de 825.000, aunque "solo 100.000 transacciones serán de vivienda nueva por falta de oferta" y el resto será de vivienda usada.
