Mi madre no soporta que estemos pendientes de ella

Siempre ha sido muy madraza y muy coñazo porque sus hijas tenían que ir más limpias y mejor que ninguna. Lo que más admiro de ella es que, con su edad, siga teniendo ilusión por el trabajo. Ella no ha tenido tiempo en la vida para tener aficiones porque su mayor hobbie es el trabajo. Su profesión le ha dado grandes satisfacciones y muchos quebraderos de cabeza. Alucino que con 80 años prefiera seguir trabajando que descansando. María Teresa es de una generación que piensa que si no trabaja se le acaba la vida. Mi madre quiere morirse con las botas puestas y  no quiere que la jubile nadie, excepto su público. La gente la quiere seguir viendo porque se nota el cariño que le dan por la calle. Es increíble tener una madre a la que la gente admire pero es que yo la admiro igual que ellos y es un gran regalo de la vida.

Si hay algo que mi madre no soporta es que mi hermana y yo estemos tan pendientes de todas sus cosas como ella siempre ha hecho con nosotras. Le sienta fatal y se revela si la tratamos como una hija en vez de como una madre.¡Menuda es La Campos! No me gusta verla débil porque me hago muy pequeña, pero cuando me dice lo mucho que me quiere me da fuerzas. Cuántos te quieros deberíamos habernos dicho y por el día a día no lo hicimos. El momento más especial que he vivido junto a mi madre ha sido convivir con ella durante la pandemia. La he hiperprotegido para que no tuviera miedo y no le pasara nada. Siempre ha sido muy valiente. Me acuerdo que con treinta y tantos años y con dos hijas decidió estudiar una carrera cuando ya tenía éxito y trabajo. Nunca ha dejado de tener inquietudes y eso me hace sentirme muy orgullosa.

El momento más doloroso de su vida fue la pérdida de su hermana Lely. Eso la arrasó. Para ella era una hija y esa es su virtud, que Teresa es madre las 24 horas del día, pero su mayor defecto es la mala leche que tiene algunas veces. No concibo la vida sin mi madre. Ella es mi mentora, mi protectora y mi todo. Trabajar con ella ha sido una gran experiencia aunque me ha exigido más que a nadie y se lo agradezco. No estar con ella el día de su cumpleaños, por motivos profesionales, fue una faena para mí. El pasado domingo lo celebramos juntas y fue muy feliz. Mamá, gracias por tu cariño, por tu enseñanza, por tu amor, por tu dureza en los momentos necesarios y por hacerme crecer como persona y como profesional. ¡Te quiero con el alma!