Miguel Bosé se negó a declarar en el juicio de las sobrinas de su niñera contra su madre por un Picasso. Aun sabiendo que Lucía iba a enfadarse, pero no quiso faltar al respeto a la mujer que lo crió. No sé qué pasó con el Picasso de la tata Reme, pero sí sé que un día, cuando le pregunté extrañada a Luis Miguel Dominguín por qué solo tenía litografías de Picasso –sabiendo que el pintor le había regalado tantos cuadros que incluso algunos estaban pintados por las dos caras–, me respondió sin darle importancia: “Se los quedó Lucía Bosé” (la hermana del torero, la madre de Carmen Ordóñez, me susurró: “Se lo dio todo”).