"Toño no es un representante al uso. Le gusta la foto, figurar, salir en los medios, sentirse personaje"

Jose Jiménez

30 de marzo de 2016, 07:00

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El Toño –según el idioma de Belén Esteban- ocupó la semana pasada la portada de esta revista. No me extrañó del todo. Es el hábitat natural “del” Toño aunque yo siempre he pensado que a los representantes, cuanto menos se les vea y se les conozca, mejor. Pero “el” Toño no es un representante al uso. Le gusta la foto, figurar, salir en los medios, sentirse personaje. Puede que él no lo reconozca o le duela hacerlo, pero ha nacido para estar frente a las cámaras. Que no se me cabree: quizás haya inaugurado, sin él saberlo, una nueva manera de representar. Durante el tiempo que estuvo con Belén no fue el mejor manager que pudo tener la Esteban pero sí el que más le convenía en esa época difícil de su vida. De todo lo que dijo Toño en la entrevista lo que más me ha llamado la atención es que resalte, con muy mala leche, que Belén tiene “poca predisposición para el trabajo”. Puede que eso sucediera durante su época mala, pero no conviene olvidar que precisamente durante esa época el Toño la hacía trabajar muchísimo más de lo que ella podía. En ese aspecto, como representante se equivocó mucho. Otro la hubiera protegido más aunque eso le hubiese hecho ganar menos. El Toño parece encontrarse cómodo ocupando portadas y aspira a participar en realities. Que no se confíe. En ese programa en el que dice que le han linchado también se le ha protegido muchísimo. Aunque probablemente él no se haya dado ni cuenta.

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