Tiene algo esta chica. Da buena vibra. Cuando la veo por la tele, eternamente perseguida por los compañeros de la prensa, no entiendo cómo puede encajar la situación con tan buen rollo. Siempre con una sonrisa o con un educado silencio. Lo normal sería que estallara cada cierto tiempo, pero la Echevarría ha ejercitado una paciencia que haría palidecer de envidia al Santo Job. Que salga ahora con el futbolista Torres me parece de valientes. Cuando uno acaba una relación, parece que tiene que andar con pies de plomo para empezar otra. Pero a mí me parece que esta vida solo tiene sentido si uno se arriesga y no tiene miedo a volver a sentir, ya sea sufriendo o gozando. En el caso de Paula, además, tiene un componente de valor añadido. Siendo en este país –y en demasiados otros– tan poco generosos con las mujeres libres, Paula prefiere vivir su vida como le da la gana y no siguiendo los patrones de costumbres antañonas. Que no haya guardado un periodo de luto sentimental –o de lo que sea– me parece un síntoma de esperanza para los solteros de este país.