15 de enero de 2022, 07:00
No tengo ningún propósito para 2022, es la mejor manera para no cabrearse con uno mismo
Empieza el año y habrá que tener algún propósito, ¿no? Yo no tengo ninguno, para qué nos vamos a engañar. Es la mejor manera de no cabrearse con uno mismo. Sí que creo que en algún momento tendré que empezar a darme cuenta de que ya soy un hombre maduro, pero con esto de que ahora cada vez vivimos más es como si a mis cincuenta y uno tuviera como treinta años más o menos. Y yo a los treinta era divertido y jaranero. Bailaba muy bien las canciones más chorras –tipo ‘El verano ya llegó’ y esas memeces– y ligaba bastante, que cuando estás soltero es lo único que te importa en la vida. Así que ahora que me he dado cuenta de que en realidad tengo treinta y pocos años, lo más sensato es volver a llevar la vida que llevaba entonces. Es decir: pensar poco y salir mucho. Despertarse en casas ajenas y viajar a Lisboa con mi amigo L. para sentirme bien vivo. Gozar, por favor. Gozar es lo único que quiero.
Si quieres actualizar tus preferencias de consentimiento haz click en el siguiente enlace