Un mes entero en Menorca

24 de agosto de 2017, 12:34

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Dice P. que el momento de llegar a la habitación de un hotel es mágico. Abrir la puerta, husmear la habitación. Hemos alquilado una casa para pasar el mes entero en Menorca. P. ya la conocía porque vino antes para inspeccionar, pero me decía que estaba intranquilo por si no me gustaba. Yo sabía que en el fondo lo hacía para juguetear conmigo porque la casa es preciosa y nada más poner un pie en ella tenía claro que la íbamos a disfrutar muchísimo. El martes por la mañana recibimos a un equipo de Lecturas y pasamos una mañana entretenidísima haciendo el reportaje que podéis ver esta semana en la revista. Todos nos conocemos desde hace varios años y el trabajo fluye como la seda. Para celebrar lo bien que nos hemos portado, almorzamos unos arroces que me dejan al borde mismo del abismo. A llegar a casa intento hacerme el fuerte y darle un poco de conversación a P., pero a las nueve comienzo a desenchufarme y acabo en la cama durmiendo como un cesto. Me despierto doce horas después. Aleluya.

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