Marta López ha conseguido salir indemne del chapapote

Marta López, que no se caracteriza por su delicadeza a la hora de mostrarse en un plató, quedó como a ella le gusta quedar: como una señora. Consiguió salir indemne de una historia en la que el chapapote amenaza con llevarse por delante a más de uno y de una. Frase de mi amigo A.: “Al final de la noche, Marta estaba desencajada. Parecía que se había pasado el día entero en una orgía y se acababa de vestir”. Antes de irse, dejó varias frases para la posteridad muy propias de esa España en sepia que ideológicamente tanto ama: “Me trataba como una reina”, “Era un señor” o “Ya que me pones los cuernos hazlo como un caballero”.

Y por favor, no olvidemos tampoco la presencia de Amor Romeira/Villarejo, siempre con una conversación oportunamente grabada “por si acaso”. En esta ocasión, una entre la mismísima comisaria Amor y las dos mujeres en cuestión. La hipocresía derechona en estado puro, el fin de una época para los guardianes de las buenas costumbres. Pinta mal para Javier Negre, que confesó que se había enterado de que Alfonso Merlos iba poniéndolo verde por detrás.

Pinta muy mal para el mismo Alfonso Merlos, cuya credibilidad ha quedado a la altura perfecta para convertirse en el personaje estrella del reality de Mediaset que desee. Mataría por tenerlo en cualquiera de los que yo presento, pero entiendo que lo fichen para ‘La isla de las tentaciones’. Ya sea como tentador o como concursante con pareja.

Y finalmente pinta rematadamente mal para Alexia Rivas, que se ha pasado de lista y ha pensado que puede controlar un medio tan cruento y voraz como el televisivo. El futuro como reportera de Alexia tiene mal aspecto, para qué negarlo. Me recuerda al de Beatriz Trapote, que acabó casándose con Víctor Janeiro después de hacerle una entrevista. Aunque antes quizás Merlos le consiga un programa en Murcia, que como todo el mundo sabe y, según se encarga de apostillar Amor Villarejo, “está gobernada por Vox”.