"Cristina todavía no ha pedido perdón ni por lo suyo ni por lo de su marido"

17 de junio de 2015, 01:40

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Es el claro ejemplo de que en todas las familias cuecen habas. Su hermano Felipe VI le quita el título de duquesa de Palma y ella se apresura a señalar que había renunciado primero en un acto propio de personalidad caprichosa, ingrata, muy poco generosa y nada solidaria. Cristina todavía no ha pedido perdón ni por lo suyo ni por lo de su marido. Puede que desde pequeña le hayan inculcado el amor a España pero lo tiene ya muy olvidado y sólo se dedica a sacar el máximo provecho en su propio beneficio. No le importa su país ni la gente que lo compone. Sólo ella y sus circunstancias, su cuenta bancaria, su bienestar, su tranquilidad. Felipe VI ha actuado muy bien pero le queda lo más difícil: hacernos creer que la plana mayor de los miembros de su familia no nos han timado. Al menos, sentimentalmente.

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