Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier Vázquez

Belén Esteban
Gtres

"A Belén Esteban la quieres ver en la tele, a Ana Obregón no tanto"

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Jorge Javier Vázquez

Escritor, presentador, actor y productor teatral

La historia es más o menos así: una productora quería fichar a Belén Esteban para ser jurado de un concurso de baile, pero aseguran que la presidenta de RTVE se ha negado. Se habla de la ‘salvamización’ de la cadena estatal como algo despectivo cuando si haces un programa de entretenimiento lo más lógico es acudir al caladero de ‘Sálvame’: son valores seguros. Pero claro, que cómo vamos a pagar con nuestros impuestos a gente como Belén. 

Los prejuicios de Rtve

Un argumento tan idiota que se cae por su propio peso. También habrá televidentes que paguen sus impuestos que deseen ver en la televisión de todos a Belén, digo yo. Lo de no contratarla tiene un nombre: prejuicio. Entiendo que la gente se echara las manos a la cabeza si se la fichara para sustituir a Franganillo pero veo muy adecuado que Belén esté en un concurso de baile. No olvidemos que se alzó con el triunfo en el ‘Más que baile’ de Mediaset frente a Edurne. Espero que enmienden la equivocación fichándola para ‘MasterChef’. Nadie más que ella merece estar en un programa de cocina. ¿O nos hemos olvidado de las impagables recetas que nos brindó durante la pandemia? Porque yo no he logrado borrar de mi cerebro uno de los ingredientes que Belén Esteban enumeró para confeccionar una tortilla de patata: una tortilla de patata. Sí, lo escribo. La princesa del pueblo comunicó en directo con todo su papo que para hacer una tortilla de patata era necesario una tortilla de patata. Eso es entretenimiento en estado puro. Quiero a Belén en el programa de baile de La 1, en ‘Maestros de la Costura’ y en ‘MasterChef’. Pero en ‘MasterChef’, dada su sabiduría, la quiero como jueza. Es que si nos ponemos puristas también habrá muchos chefs que digan: “Ya está bien de que siempre cobren los mismos. No a los sueldos vitalicios” Aunque si por mí fuera, a los puristas que les vayan dando. A saber la que podrían llegar a liar si me fichara RTVE. Aprovecho para decir que en contra de lo que se está especulando nadie se ha puesto en contacto conmigo para trabajar en la pública. Recordemos que se llegó a asegurar que yo aceptaba presentar el libro de Pedro Sánchez a cambio de fichar por la española. Pues ya se está viendo que no. Llegado el momento creo que ficharía solo por escuchar el lamento de los agoreros. Aunque fuera para hacer de chico del tiempo y poder anunciar con mis ojitos entrecerrados “nubosidad variable en el corazón de los enamoradizos”. 

Encuentro con Kiko Rivera

Lo que pasa con Belén, fíjate, no pasa con Ana Obregón. A Belén la quieres ver. A Ana, no tanto. No es una opinión, es información: Ana Obregón vende más cuando Lequio habla de ella que ella misma en carne viva. Le está sucediendo lo mismo que a Isabel Pantoja: no hace falta que esté en un plató para generar contenido. Son personajes que venden más en ausencia que en presencia. Aunque hay algo que diferencia a ambas: el futuro. A la Obregón la está penalizando su manera de gestionar las informaciones sobre la fundación de su hijo y, sobre todo, la constante exhibición/utilización de su hija/nieta. Se ha enredado de tal manera con ambas historias que la cosa solo puede ir a peor. Sin embargo con Pantoja creo que todavía hay una historia por escribir: la de la relación con sus hijos. El sábado por la mañana me encontré a Kiko Rivera en el aeropuerto de Madrid. Me dio muchísima alegría. Nos saludamos solo un momento pero lo vi tranquilo, muy sereno. Me sé bastante al dedillo su historia personal, son muchos años dando informaciones sobre él y entrevistándole. De ahí que todavía me parezca inverosímil la ruptura con su madre. O que no se hable con su hermana. El final de esa historia está abierto y tengo la impresión de que será bueno. Dicen que la Pantoja se quita de encima Cantora y se vuelve a vivir a Madrid. Que sigue teniendo tirón como cantante es indiscutible. Que profesionalmente está desaprovechada, también. Quizás ha llegado el momento de que dé un paso al frente y decida confiar su carrera a alguien que le ayude a explorar territorios hasta ahora desconocidos. Me encantaría verla como actriz en una serie de televisión, por ejemplo. En realidad me gustaría verla trabajando más, relacionándose con desconocidos, disfrutando de una vida que todavía le puede dar muchísimas sorpresas. 

Ana Obregón
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El placer de pasear

El invierno no es buena época para proponerse empezar nada. Pero hay que plantarle cara porque si no se te lleva por delante. Yo me he propuesto que no me pille el anochecer en casa. Acostumbrado durante tantos años a pasar los eneros al calor de los focos me cuesta hacerme al horario invernal. Llevo peor la oscuridad que el frío. Por eso me lanzo a las calles antes de que den las cinco de la tarde, porque ese momento en el que cae la noche me pone un poco mustio. Estoy redescubriendo el placer de pasear por la ciudad. Quedar a tomar un café con alguien. Me he dado cuenta de que me agobia estar diseñando planes continuamente y que disfruto aburriéndome. Y sigo pasándomelo bien viendo la tele. Disfrutando con las barbaridades de Yenessi y Esti Quesada en ‘Las moderadoras’ de Amazon Prime Video. Qué gusto escuchar a dos personas hablando sin tapujos. Muchas veces no entiendo de qué hablan porque les saco treinta años y tienen unos códigos que no descifro. Pero me da igual. Gente tan descarada como ellas dos me hacen sentir un poco más vivo. Esa es mi tele familiar. Contradictoria y provocadora. Estos días he llegado a la conclusión de que yo también soy un gran consumidor de televisión familiar. No existe institución en el mundo que genere más conflictos y frustraciones que una familia. 

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