Un experto en imagen advierte sobre Beatriz Trapote: "No lo esconde, lo cuenta tal como es, sin victimismo pero sin disfrazar la realidad. Y eso conecta"

Beatriz Trapote (44 años) es uno de esos casos cuya popularidad llegó de una manera para después pasar al lado contrario. Primero, se dio a conocer como reportera y presentadora de televisión. Especialmente recordada es su labor en el espacio ‘Vuélveme loca’. Fue precisamente durante una entrevista que le hizo a Víctor Janeiro como reportera como se conocieron. Años después, el hermano de Jesulín de Ubrique se convirtió en su marido y esto hizo que su vida laboral diera un giro.

El giro radical de Beatriz Trapote

Pese a la pasión que demostraba por trabajar en los medios de comunicación, Beatriz Trapote terminó considerando que era mejor dejar de lado su trabajo en la pequeña pantalla para centrarse en su vida personal y en otros proyectos laborales. Al principio del noviazgo sí que continuó su carrera televisiva participando en algún programa como colaboradora y aventurándose en ir a ‘Supervivientes’. Incluso Víctor Janeiro y ella ejercieron juntos como asesores del amor en 'Mujeres y hombres y viceversa'.

Pero finalmente, la cuñada de Jesulín terminó trasladándose hasta la provincia de Cádiz, poniendo por delante en este sentido su proyecto de vida con Víctor, con quien tiene tres hijos. En estos años, ha abierto negocios como un salón de uñas, una cafetería o una casita rural. Sí que ha hecho alguna aparición puntual en televisión, como cuando acudía a defender a su marido durante su participación en ‘Pesadilla en el Paraíso’, reality que ganó hace tres años. Después de eso, nada más.

Pero lo que está claro es que lejos queda esa etapa en la que parecía que su carrera en televisión iba cada vez a más. Incluso se llegó a pensar que podía sacar partido a eso de pertenecer a la familia Janeiro para incrementar su presencia en el medio. Sin embargo, Trapote es la clara muestra de cómo reinventarse y sacar partido a la fama pero de forma discreta, sin dejar de trabajar en sus negocios, y siendo feliz junto a su marido y sus hijos.

El análisis de experto sobre Beatriz Trapote

Sobre este cambio de Beatriz Trapote, hemos hablado con el experto en marca personal e imagen Pau Sabaté. El experto ha recordado cómo hace años, Beatriz era un rostro habitual en los medios al ser “reportera en programas de televisión de gran audiencia, colaboradora en realities, habitual en portadas de revistas... Su presencia era constante. Pero de un momento a otro, desapareció del circuito mediático”.

Un cambio sobre el que Sabaté ha destacado algo importante. Según el experto, “no fue un escándalo ni un mal paso lo que le apartó. Fue una decisión personal y con un objetivo claro, cambiar de vida”. Pau ha comentado que esta decisión no es algo habitual en rostros que en algún momento se han acostumbrado a vivir de la televisión y se han mostrado cómodos en ella. De hecho, ha hecho referencia a cómo lo que suele ocurrir es lo contrario, que es que “muchas personas prolongan su visibilidad todo lo que pueden, aunque su papel cada vez sea más irrelevante”. 

“Pero Trapote no. Supo decir basta, aunque significara renunciar a una exposición que muchos buscan mantener a cualquier precio”, ha comentado el experto en imagen sobre esa decisión que Beatriz Trapote tomó con aparente convencimiento. Este desligue de la pequeña pantalla, en parte fue fácil porque "su paso por programas como 'Supervivientes' o '¡Mira quién salta!' la colocó en un primer plano, pero ella nunca dio señales de querer convertirse en personaje”. Sobre cómo realizaba su trabajo en televisión, Pau Sabaté ha comentado que Beatriz Trapote “era profesional, se adaptaba y cumplía. Pero no hizo de su vida privada un espectáculo”.

Ni siquiera en el momento en el que comenzó su noviazgo con Víctor Janeiro, dio el salto a ser personaje público, algo que hubiese resultado sencillo si ella hubiese querido. “Incluso cuando formó parte del entorno Janeiro, una familia siempre ligada a la prensa del corazón, mantuvo un perfil discreto”, ha resaltado el experto sobre ese momento en el que prefirió optar por la discreción personal.

Pau Sabaté ha hecho referencia a ese regreso puntual de Beatriz Trapote a la televisión para defender a su marido Víctor Janeiro en ‘Pesadilla en el Paraíso’. En ese momento, muchos pensaron que esta podía ser la vuelta de la periodista a la televisión. Pero, tal y como ha comentado el experto, “su reaparición en televisión en 2022 fue puntual, acudió a 'Pesadilla en el Paraíso' para defender a su marido, Víctor Janeiro. Lo hizo con seguridad y naturalidad, pero dejó claro que no era un regreso”. Lo que hizo Trapote con este paso de volver a sentarse en un plató, por el que incluso recibió críticas positivas por la defensa que hizo del diestro, “fue un gesto familiar, no una maniobra de visibilidad. Después de eso, volvió a su ritmo, el de su casa, sus hijos y sus negocios”. 

Unos negocios en los que está centrada desde hace ya años. Sobre ese giro laboral que la periodista dio a su vida, Sabaté ha valorado que “Beatriz ha enfocado su energía en proyectos propios. Emprendimientos alejados de las cámaras, gestionados desde la base. No son grandes franquicias ni negocios de escaparate, son trabajos reales, con dificultades reales, y lo más importante es que son suyos”.

Una fuente de ingresos a la que hay que sumar las redes sociales. Porque ahí sí que Beatriz Trapote hace, de algún modo, uso de su popularidad. Pero según ha analizado Pau Sabaté, lo hace con una imagen cuidada que no la pone en el disparadero. “En redes sociales, especialmente Instagram, ha mantenido una presencia constante pero cuidada. Comparte escenas familiares, momentos cotidianos y avances de sus proyectos. No hay excesos, no hay necesidad de aparentar una vida perfecta ni tampoco ha intentado estirar el personaje público que fue”. 

Una nula necesidad de aparentar que se traduce en una cercanía que va más allá puesto que “se muestra como madre, como empresaria, y como alguien que, sin romper con su pasado, ha decidido no vivir de él”. Una cercanía a la que también ayuda la naturalidad con la que habla de determinados asuntos. Por ejemplo, “habla también, cuando se le pregunta de lo difícil que ha sido mantener sus negocios. De los impuestos, de la competencia, de que llegó a tener cinco centros de uñas y hoy solo queda uno. No lo esconde, lo cuenta tal como es, sin victimismo, pero sin disfrazar la realidad. Y eso conecta, porque no vende una historia ideal, sino una experiencia vivida”.

Además, otra de las claves a destacar de la evolución de su imagen es “esa distancia voluntaria con lo mediático. Nunca ha utilizado su vínculo con personajes conocidos para generar atención. No ha participado en conflictos familiares públicos ni ha explotado el apellido Janeiro. Y eso, en un entorno donde muchas veces la notoriedad se busca por cualquier vía, dice mucho de su intención, la de preservar su espacio, su tranquilidad y su control”.

Como conclusión sobre el gran cambio de Beatriz Trapote y lo que ha conseguido con él, Pau Sabaté ha comentado que “Beatriz demuestra que no todo se basa en mantener la atención del público. A veces, lo más valioso es construir una imagen coherente con tu realidad. No ha intentado mantener una carrera mediática a cualquier precio, ha optado por ser dueña de su tiempo, de su mensaje y de su entorno”.