En 2011 Rafa Mora era un hombre inocente. Era un tipo que se rascaba la mandíbula y decía con risa histriónica ‘me río en tu cara’. Hace seis años, Rafa Mora pensaba que podía hacer lo que le diera la gana. Y lo concentró todo en un tuit que ahora ha sido rescatado. En él, se veía con el derecho no solo de opinar del físico de alguien, sino, hasta de refilón, colarle publicidad ofreciéndose como entrenador personal. La persona a la que dirigió tamaño conjunto de sandeces era Rihanna.

“@rihanna Soy preparador Físico”, empezaba diciéndole a la de Barbados, para continuar con esta apreciación: “Tenemos que empezar a cuidar un poco esa figura”. Aham, ¡cuéntenos más, señor Mora! ¡ardemos en deseos en escuchar el resto de sus recomendaciones!. “Si quieres volver a ser un cañón, ponte en contacto conmigo”. El acabose.

Menos de 140 caracteres y todos y cada uno de ellos aprovechados para hacer una oda al becerrismo. Igual batió algún récord y no le estamos dando el crédito que se merece. Que los señores del Guiness, por favor, lo contemplen para la edición del 2017, aunque el tuit estuviera publicado en 2011.

Por partes.

Lo de mencionar al personaje está muy bien, y presentarse también. Si ya lo hubiera hecho en el idioma en el que habla, lo habría bordado pero, pensándolo bien, por todo lo que soltó después, casi mejor que no le entendiera ni papa. Tras las primeras cuatro palabras (y una de ellas es Rihanna) el resto de mensaje empieza a ir en picado. De nuevo, Mora se erigía, como tantas veces ha demostrado en ‘Mujeres, Hombres y Viceversa’, como un juez del aspecto físico al que nadie ha pedido opinión. En serio, NADIE. En ningún momento ha recibido una llamada del Comité por la Belleza Universal diciéndole: “Señor Mora, le necesitamos en nuestras filas. Vístase, coja su camiseta XS, su pantalón pitillo remangado y salga a la calle con la intención de poner nota a todo aquel que se cruce con usted. ¡Necesitamos su talento para apreciar dónde radica la verdadera apostura!”. Si alguna vez recibió una llamada así, le estaban gastando una broma y él no se percató.

Rihanna no le pidió opinión sobre su cuerpo, las pretendientas a las que juzgó y comparó tampoco le hicieron ninguna consulta, y ¿sabéis qué? los chicos a los que les llamó “cuerpo escombro” tampoco le preguntaron.

Un “cuerpo cañón” no es lo único, y alguien que emplea el hashtag “#carisma” como si le dieran puntos en la gasolinera cada vez que lo usa y estuviera haciendo méritos para llevarse a casa el robot de cocina debería saber que este no se halla en el exterior. Eso lo sabría cualquier “#winner”.

Y no, Rihanna nunca le contestó. Esta #winner no tiene tiempo para las opiniones de los demás.