Tamara Falcó sucumbe a los cariñitos de su novio, Íñigo Onieva

Tamara Falcó, la revelación televisiva de la temporada, está viviendo días tristes por el divorcio de su hermano Julio José y su hasta ahora cuñada, Clarisse, a la que adora como si fuera su propia hermana, como ella misma ha declarado. Parece que en el divorcio del hijo de Julio Iglesias no hay marcha atrás y Tamara tendrá que hacer frente a esta nueva situación familiar.

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Después de una semana de lo más ajetreada tras esta noticia y de cumplir con compromisos como su colaboración en 'El Hormiguero', sus clases de cocina y el cumpleaños de su madre Isabel Preysler, Tamara Falcó ha disfrutado del sábado por las calles de Madrid, por donde ha sacado a pasear a dos de sus perros, la caniche Jacinta y el golden retriever Vanilla. En casa se ha quedado el tercero de sus perros, Celine, un gran danés que Isabel Preysler le regaló a Mario Vargas Llosa, pero del que se ocupa, principalmente, Tamara. En la terraza de un bar ha coincidido con su novio, el empresario Íñigo Onieva, así como con un grupo de amigos.

Íñigo Onieva, quien por su indumentaria estaba claro que venía de hacer deporte, no ha parado de hacerle cariñitos a Tamara a modo de saludo. Está claro que la pareja está viviendo las mieles de un noviazgo incipiente. Y es que es muy posible que muy pronto den el paso de irse a vivir juntos. No hay que olvidar que Tamara ha adquirido recientemente una lujosa vivienda para independizarse de su madre y de tito Mario.

El cariñoso saludo de Íñigo a Tamara.

Para la ocasión Tamara Falcó ha elegido un look casual repleto de básicos. Con un pantalón vaquero, una camiseta blanca, un abrigo de borreguito en color beige y unos zapatos camel ha firmado un look idóneo para planes como el de hoy. En cuanto al peinado y el maquillaje, la hija de Isabel Preysler ha apostado por la naturalidad.

Tamara ha adquirido recientemente un piso en la misma urbanización en la que vive su madre, Puerta de Hierro.