Por AMADEU GARCÍA

El mundo del deporte profesional comúnmente es muy machista. Las competiciones femeninas apenas tienen difusión y aquellas mujeres que se atreven a convertirse en entrenadoras de equipos masculinos, o a dirigir alguna de sus competiciones, deben soportar sobre sus hombros una presión enorme. En la NBA, la competición de baloncesto más seguida del planeta, Violet Palmer, que cumplió 50 años el 20 de julio pasado, fue toda una pionera, al convertirse en la primera mujer que arbitraba uno de sus encuentros. Fue el 31 de octubre de 1997 y se encargó de dirigir el duelo entre los entonces Vancouver Grizzlies y los Dallas Mavericks en la Columbia Británica, Canadá. Por mucho que los jugadores no acabaran de estar muy convencidos de su presencia, no les tocó otra que rendirse a su buen hacer. Hasta un jugador con fama de brutote como era Charles Barkley no tuvo más remedio que felicitarla por su labor. “Violet, estaba equivocado contigo. Te pido disculpas. Me parece que haces un buen trabajo”, dijo el visceral jugador tras mostrarse inicialmente bastante crítico con ella.

En 2006, Palmer dio un paso más, convirtiéndose en la primera mujer que arbitraba un partido de los play off en la NBA. En este caso, un encuentro entre los Indiana Pacers y los New Jersey Nets. Este año, esta pionera ha decido dar otro paso más hacia adelante. Las mujeres lo tienen generalmente difícil para abrirse paso en el deporte profesional de masas. Les es terreno casi vetado. Los homosexuales sufren también un tácito destierro. Muy pocos se han atrevido a anunciar públicamente su condición, aunque esta tónica ya está cambiando desde este mismo año. Palmer, la primera mujer árbitro de la NBA, reveló hace apenas unos días que es lesbiana y que tiene previsto casarse este mismo año con Tanya Stine, una estilista de famosas que ha trabajado regularmente para películas y series de televisión y con la que comparte su vida desde hace 20 años. Según ha explicado en declaraciones a la prensa estadounidense, nunca se ha escondido y los jugadores y árbitros de la NBA lo sabían desde hace siete años, pero nunca hasta ahora había sentido la necesidad de hacerlo público.

Poco a poco, el clima homofóbico que rodea también al deporte profesional está decayendo. Violet Palmer ha sido la primera mujer en declarar abiertamente su condición mientras se mantiene como árbitro en activo. Muchos otros deportistas prefirieron sincerarse cuando ya habían puesto el punto y final a sus carreras, como el reciente caso del centrocampista alemán Thomas Hitzlsperger, quien incluso estuvo casado durante un tiempo con una mujer y reveló sus preferencias este mismo año, tras colgar definitivamente las botas en 2013. Otro jugador de fútbol, Robbie Rodgers, comunicó abiertamente su condición sexual el año pasado y anunció su retirada con sólo 25 años, renunciando así a su mayor vía de escape, pero sintiéndose al fin libre, según confesaría él mismo.

Desde 2013, en cambio, ha habido tres que han decidido no esperar más para romper un muro de silencio muchas veces autoimpuesto por temor a las reacciones negativas que podrían encontrar. Un jugador de baloncesto, otro de fútbol americano e incluso un famoso nadador han decidido dar el mismo paso que ha dado la primera mujer árbitro de la NBA. Veamos ahora sus nombres.

 

1. Jason Collins. Jugador de baloncesto.

“Soy un pívot de la NBA de 34 años. Soy negro. Y soy gay”. Con esta declaración realizada para la revista Sports Illustraded, Jason Collins se convirtió en el primer jugador de la NBA que declaraba públicamente su condición sexual mientras permanecía en activo. Su declaración se publicó en el número del 29 de abril de 2013. A Collins le costó muchó volver a las canchas. Se convirtió en agente libre y no acababa de encontrar un nuevo hogar hasta que, finalmente, el 23 de febrero de este mismo año firmaba un contrato inicialmente por 10 días con los Brooklyn Nets y jugó durante algunos minutos ante Los Ángeles Lakers. Los Nets renovaron su compromiso con Collins primero por 10 partidos más y, en última instancia, hasta el final de la temporada 2013-2014. Su camiseta con los Nets, con el número 98, se convirtió en la más vendida hasta entonces en la tienda on line de la NBA. Y la revista Time le dedicó en abril de este año la portada, destacándolo así en un número dedicado a las 100 personalidades más influyentes.

 

2. Michael Sam. Jugador de fútbol americano.

En la película 'Víctor o Victoria', el mafioso King Marchan (interpretado por el recientemente fallecido James Garner) se sorprendía cuando su guardaespaldas le confesaba que era gay. “Pero si eras el jugador de fútbol americano más sucio y marrullero que he visto en toda mi vida”, venía a recriminarle. “Si no quieres que te señalen con el dedo, te conviertes en el jugador más sucio y marrullero que nunca se ha visto”, era aproximadamente su respuesta. Ignoro si Michael Sam, joven defensa de los Rams de St Louis, de 24 años, se habría convertido en el jugador más sucio y marrullero de la historia si, finalmente, no hubiera revelado también públicamente su homosexualidad en una entrevista, aunque tampoco se ha escondido nunca de ella. Fue el primer jugador que entró en el draft tras anunciar su condición y, si juega, se convertirá en el primer jugador declaradamente gay en hacerlo en la NFL y el segundo en hacerlo en una liga profesional tras, precisamente, Jason Collins. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quiso mostrar su total apoyo a todos los implicados. “Quiero felicitar a Michael Sam, a los Rams y a la NFL por haber dado hoy un paso adelante tan importante en el destino de nuestra nación”, señaló tras hacerse público que los Rams apostaban por el joven jugador, a pesar de que algunas voces habían señalado que haber admitido que es gay podía perjudicar sus opciones. Con la emoción del momento, incluso besó a su novio, algo que fue emitido en directo por televisión. Más emotiva incluso fue la reacción de su hermano Josh, actualmente en prisión: “Estoy orgulloso de él porque no se ha convertido en alguien como yo. Le quiero, sea cual sea su estilo de vida. Es mi hermano y le quiero”.

 

3. Ian Thorpe. Nadador.

Ganador de cinco medallas de oro olímpicas, este nadador australiano decidió hace pública su condición sexual en julio de este mismo año tras muchos años de negativas. “Me siento cómodo diciendo que soy un hombre gay. No quiero que nadie sienta lo que sentí yo. Puedes madurar, sentirte cómodo y ser gay. Le digo al mundo que soy gay, y espero que eso se lo haga más fácil para otros a partir de ahora. Incluso si han estado escondiéndolo durante años, que les resulte más fácil salir del armario”, señaló Thorpe en una entrevista televisada conducida por Michael Parkinson. Los rumores sobre si el cantante portorriqueño Ricky Martin podía ser su pareja y si era él quien le habría convencido para dar ese paso no se hicieron esperar. Pero, por el momento, todo se ha quedado sólo en eso, rumores. A pesar de que se retiró oficialmente en 2006, este deportista, de 31 años, está esforzándose para volver al mundo de la competición. Anunció oficialmente su regreso en 2011, aunque una grave lesión en el hombro, complicada posteriormente con una infección, podrían obligarlo a tomar de nuevo el camino del retiro, esta vez de forma definitiva. No obstante, el propio Thorpe todavía no ha hecho una declaración oficial al respecto.