Belén Esteban ha dejado los más de 50 grados a los que llegaba Paracuellos de Jarama, la localidad donde reside, y se ha trasladado a su lugar de asueto tradicional: Benidorm. La de San Blas ya ha colocado la tumbona en la arena de la costa alicantina y nos ha regalado su primer posado veraniego. La Esteban estaba deseando descansar de este año agotador cuyo máximo quebradero de cabeza ha sido su traumática ruptura con su representante, Toño Sanchis. Pero, por si alguna duda cabe, Belén está feliz como una perdiz, no cabe en sí de júbilo por haber aparcado por unas semanas los platós y poder centrarse en la vida contemplativa, el sol y la playa junto a su madre, su hija Andrea y su 'Migue', con el que esta semana protagonizaba un conato de compromiso nupcial... que al final no ha sido.
Con los brazos bien abiertos, como abrazando el verano y haciéndose consciente de que los días de descanso en su paraíso mediterráneo ya han llegado, la Esteban posa sin completos y con una sonrisa de oreja a oreja con un colorido bikini muy favorecedor y de estampado geométrico. Porque no hay mayor felicidad que la de estar en el sitio que uno quiere, con los suyos y tener la mente (y el cuerpo) centrada en ello.
Belén Esteban y su novio, Miguel Marcos, se convertían en la pareja de la semana, después de acudir a la boda de su amiga Tina. La Esteban insinuaba un compromiso matrimonial entre ambos y volvían los rumores de boda. La colaboradora de 'Sálvame' aprovechaba un momento del plató este lunes para desmentirlo. "Cuando realmente me vaya a casar, lo sabrá todo el mundo, pero de momento no me caso, aunque me encantaría", declaraba zanjando el tema.