El pildorazo de Kiko Rivera mientras su prima Anabel Pantoja entraba en directo en ‘Sábado Deluxe’

El fallecimiento de Ana Martín, madre de Isabel Pantoja y abuela de Kiko Rivera, Anabel e Isa, trastocó la vida de todos. La partida de la nonagenaria llegaba a solo tres días de la boda de su nieta, y esto provocaba un tsunami de sentimientos y de decisiones. ¿Qué hacer entonces? ¿Casarse, aplazarlo, vivir un duelo como si estuviéramos en ‘La Casa de Bernarda Alba’? 

El luto de cada uno es una cosa muy personal y cómo se lidia con la muerte, por supuesto también. Así, mientras el DJ decidía tras visitar Cantora y dar el pésame a su madre no regresar a Lanzarote, donde estaban todos los invitados de la boda, y no solo eso, vivir un encierro de todo el fin de semana en su casa sevillana; Anabel hacía radicalmente lo opuesto: volvía a Canarias y seguía adelante con sus planes nupciales.

Una decisión que parece que no entendió su primo mayor, pues ayer mismo la dejó de seguir en redes. Y no solo eso, también le envió un recadito en el mismo momento en el que su tema era eje central de ‘Sábado Deluxe’.

Ayer por la noche, igual que lo ha estado haciendo estos últimos días, Anabel Pantoja, con educación pero también mucho cansancio, se paraba a hablar con sus compañeros de programa. La influencer y colaboradora televisiva respondía las preguntas de Jorge Javier Vázquez y del resto de periodistas que deseaban saber cómo habían sido las horas posteriores al enlace. Ella, con comprensión, aunque descolocada y con dolor, manifestaba que no entendía a qué obedecía la decisión de Kiko Rivera de dejarla de seguir en redes sociales, cuando ella, en todo momento, sí ha comprendido su postura de no querer ir a la boda.

Mientras, en su domicilio, el DJ y padre de tres colgaba una fotografía de su infancia al lado de su abuela, junto a un corazón negro, de luto, como ahora se encuentra el suyo. Como dando a entender que él tiene muy presente a doña Ana, algo que, quizás, no todos los miembros de su familia están haciendo… Una indirecta a su prima que, sin duda, aviva la candela del desacuerdo.