Está contentísima, no por ella misma, sino por uno de sus mejores amigos. Paz Padilla llevaba muchos años insistiendo en que Chiquito de la Calzada se merecía la medalla de Andalucía, un reconocimiento que no ha llegado hasta el fallecimiento de este. Una pena.

Cuando acaba de ser nombrada embajadora mundial de Cádiz, el corazón de Paz Padilla se llena de orgullo, sobre todo por su colega de profesión con el que empezó en mundo del entretenimiento. No son pocas veces las que hemos escuchado a la gaditana emplear el altavoz que le daba la televisión para pedir que el Consejo de Gobierno de la Junta Andalucía reconociera todos méritos que había hecho el que inventó el dialecto ‘chiquitistaní’. Él ha sido uno de los mayores referentes de la cultura, no solo a nivel de humor sino también como cantaor flamenco, cuando llevó su arte a todo el mundo, incluyendo Japón, de donde se trajo un montón de anécdotas que estuvo contando hasta su muerte hace solo meses. Ahora la Junta se resarce por el ‘olvido’ prolongado y le concede la medalla a título póstumo.

Junto a él, los trabajos de Niña Pastori, Rafael Amargo o José Luis Gómez también han sido reconocidos. Los presentes recogerán las medallas el próximo 28 de febrero, día de Andalucía, en un acto llevado a cabo en el Teatro de la Maestranza.

Por su parte, Paz ha viajado hasta su Cádiz natal para recibir este viernes 23 de febrero, en Chiclana, su galardón con motivo de la estupenda labor como embajadora de su tierra.