María Jiménez se derrumba al recordar la muerte de su hija

María Jiménez visitó el plató de 'Sábado Deluxe' para hablar del relanzamiento de su carrera musical, tras 12 años sin grabar un disco. "Grabaré un disco esta primavera y la puesta en escena será para el invierno que viene, en teatros pequeños de provincias. De ahí saldrán dos giras que serán mi despedida", desveló María Jiménez. Esa era la buena noticia que María traía bajo el brazo, pero estas fechas son especialmente dolorosas para la cantante.

No son las navidades unas fechas especialmente alegres para María, sobre todo porque los recuerdos se agolpan en su cabeza y el fallecimiento de sus seres queridos se hacen notar aún más en estos días. Pero si hay una ausencia que la cantante sevillana no ha podido superar es la de su hija Rocío, fallecida hace 34 años en un accidente de tráfico cuando solo tenía 16 años.

A María Jiménez se le llenaron los ojos de lágrimas. "Lo siento, lo siento...", repetía. "Mi hija se me fue un 8 de enero. Chiquetete se ha ido ahora, el día 16, Moncho se ha ido el 28... Qué año más malo, qué coletazos ha dado", dijo la cantante.

María Patiño recordó que María Jiménez siempre dice que llora para adentro. Sin embargo, en esta ocasión, la cantante dejó que las lágrimas corrieran por sus mejillas. Con la voz rota, María comentó: "Todavía me cuesta trabajo pasar por delante de las fotos de mi hija. Es un tema del que no me gusta hablar. Los siento mucho, no me gusta hacerles llorar a ustedes, me gusta hacerles reír".

En navidades, las ausencias de aquellos que se fueron se notan más que el resto del año. Por eso para María no son unas fechas felices. "A nuestras edades, es normal que se nos haya muerto gente, pero un hijo... eso es fatal. A una amiga mía ahora se le ha muerto un hijo y he estado con ella este fin de año, está muy mal", comentó María Jiménez.

"Nadie te prepara para perder un hijo, eso no se supera, no hay palabras. Pero hay que pelearse con la vida y con la muerte para seguir viva", dijo María Jiménez.

Rocío fue adoptada por Pepe Sancho cuando el actor y María Jiménez se casaron. Por eso la niña se llamaba Rocío Asunción, ya que este era el apellido real de Pepe Sancho.