En las tardes de ‘Sálvame’ cualquier cosa puede pasar. Al menos eso es lo que nos han demostrado durante estos más de catorce años que llevan en emisión. Últimamente los micros abiertos están dando mucho de qué hablar en el programa. En la tarde de este jueves, hemos podido ver a Lydia Lozano (62 años) mostrar su descontento y hartazgo en pleno directo, cuando creía que nadie la grababa.
Las palabras de Lydia Lozano pillada
Todo el plató de Telecinco en silencio. La presentadora Terelu Campos (57 años) se dirigía a dar paso a un vídeo cuando, de repente, se escucha a Lozano en un tono de enfado: “¡Que me dejes en paz! ¡Estoy hasta los cojones de gente que te llama y, encima de que eres educada y contestas, te dicen que eres poco empática!”, se oía a Lydia.
Inmediatamente alguien ha advertido a la colaboradora de que todo el mundo había podido escuchar sus palabras. De hecho, se podía notar en su cara de asombro que había sido traicionada por un micrófono abierto, algo que está siendo muy habitual en esta última etapa del longevo programa de televisión.
Lydia Lozano da explicaciones
La presentadora trataba de seguir con el devenir habitual del programa pero los colaboradores presentes no podían contener las risas. Por ello, han vuelvo a poner la escena en la que se escucha a Lydia verbalizar dichas frases. Los compañeros han querido saber quién era el interlocutor y qué le había provocado ese enfado.
“¿Sabes lo que pasa? Yo contesto a todo el mundo”, comenzaba la colaboradora. Además, alguna compañera le respondía que precisamente ese era el problema, el responder a todo el mundo. “Gente que no conozco pero yo contesto, yo he sido siempre así”, aclaraba. “Pero llega un momento en que me estás diciendo, por favor, de verdad, que poco empática”, expresaba.
Lejos de acabar, la colaboradora ha seguido argumentando sus palabras. “Estamos aquí trabajando, que sabemos que esto se va, se cierra, tenemos la cabeza…”, comentaba con relación al final del programa y que tantos quebraderos de cabeza les está trayendo a todos. Sin embargo, Lydia concluía preguntando que “¿Y me llamas poco empática?”, elevando el tono de voz como muestra de asombro total ante lo que le había dicho su interlocutor al teléfono.
La boda de Kiko Hernández
El gran momento de la tarde de este jueves ha sido, sin ningún tipo de duda, la confirmación de la boda de un colaborador de ‘Sálvame’. No es otro que Kiko Hernández (46 años). Más de un año se llevaba especulando sobre la relación que podía estar manteniendo con Fran Antón (42 años), algo que el finalista de ‘Gran Hermano’ no había querido confirmar en ningún momento pero tampoco desmentir.
La información llegaba al programa de las tardes de Telecinco por diferentes vías e incluso han asegurado que el enlace tendría que lugar este próximo fin de semana. Además, ya habrían disfrutado de su despedida de solteros. No obstante, ni el círculo más cercana a la pareja serían conocedores de dicha noticia, a tenor de las lágrimas que se han podido vivir en el plató esta misma tarde.
Marta López rompe a llorar
La amistad de Marta López (49 años) y Kiko Hernández es algo sabido por todos. Sin embargo, desde que ella participase en ‘Supervivientes 2021’ la cosa se fue tensando entre ellos. En parte fue debido a la amistad que hizo López con la que acabo convirtiéndose en ganadora Olga Moreno, ya que Kiko estaba unido con un fuerte vínculo a Rocío Carrasco. No obstante, no son enemigos ni ha pasado nada grave entre ellos, que mantienen una buena cordialidad tras muchos años juntos.
Sin embargo, Marta no ha podido evitar expresar su dolor ante el hecho de conocer la noticia de esta manera. Ha confesado alegrarse, por supuesto, de que el que fuera su gran amigo sea feliz y consiga dar ese paso. Pero no entiende cómo no ha sido partícipe de ello. “Yo me alegro por él, de verdad, pero sí es verdad me he dado cuenta de que Kiko y yo no tenemos ya nada que ver”, empezaba su discurso.
Tras intentar recomponerse un poco, ha querido zanjar el debate que se estaba generando: “Mi dolor es que jamás me hubiera imaginado que Kiko Hernández se fuera a casar y yo no fuera a estar en la boda. Está claro que si yo no estoy ahí es que no le importo”. Ante la incomprensión de muchos de sus compañeros, matizaba nuevamente su respuesta: “Siento alegría por él, pero me pone triste no formar parte en estos momentos de su vida. Me da pena pero me pongo contenta de verle feliz, independientemente de que me duela”.