Lara Ferreiro, psicóloga, advierte: “En ‘Supervivientes 2025’, Borja González ha pasado de niño a hombre. Ha reformulado su futuro”

Cuando Borja González, desde el helicóptero que le llevaba hasta su aventura en ‘Supervivientes’, dedicó su salto a los afectados por la DANA; una gran parte de la audiencia decidió que ya había ganado. Él cumplía a la perfección el cliché de chico sanote que tanto gusta y, al final, llega muy lejos en esta clase de concursos. Tres meses después de aquello, solo podemos confirmar que, en efecto, Borja ha conquistado a la audiencia. Tanto, que ha acabado ganando el concurso. 

Lara Ferreiro, psicóloga y colaboradora habitual de la revista Lecturas, ya determinó este triunfo hace meses. “Sin duda, Borja está en la quiniela de los ganadores”; nos decía semanas atrás, vaticinando lo que, al final, ha sido. 

La experta consideraba que la personalidad del entrenador personal reunía varias características que, sin duda, le llevarían a acabar alzándose con el cheque de 200.000 euros. Además, este ha recorrido el ‘camino del héroe’, una evolución a lo largo de su concurso que la audiencia acostumbra a premiar. 

El cambio de vida de Borja González

“Ha pasado de niño a hombre, en el sentido de padre de familia. Por primera vez creo que está reflexionando. Creo que está construyendo su nueva identidad, el verdadero Borja. Está reformulando todo su futuro, reordenando sus valores”, nos contó la experta en Psicología. 

Este tiempo en el reality ha despertado en el entrenador una especie de “catarsis mística” que le ha hecho reflexionar y pensar hacia dónde quiere que vaya su vida. Recordemos que cuando él entró en ‘Supervivientes’ lo hizo con muchas dudas sobre su relación con su pareja, Ana, con quien participó en ‘La isla de las tentaciones’. La pareja acababa de convertirse en padres de su primer hijo; y, conscientes o no de ello, se hallaban inmersos en la crisis que suele provocar la llegada de un recién nacido. 

Entre ellos existía una profunda falta de comunicación, y Ana se sentía desdichada, ya que, a la depresión postparto que atravesaba, se le sumaba que no creía que su pareja estuviera comportándose de manera corresponsable. El tiempo en los Cayos le ha servido al propio Borja para entender qué estaba haciendo mal en su relación y por qué su pareja sentía que le estaba fallando. 

En Honduras aprendió a mirar a la culpabilidad, su gran miedo, a los ojos. “Se siente muy mal padre y da la sensación de que no ha estado ahí con su hijo. Con ella también creo que se siente una muy mala pareja. Pienso que siente que no ha estado a la altura de las circunstancias, y tiene muchísima culpa que le mortifica como que no ha sabido estar, no ha sabido aprovechar, pasaba mucho tiempo al móvil, no estaba ahí”. 

El aislamiento y contemplar tu vida desde fuera te lleva a tomar consciencia de lo que realmente tienes y de que, en el fondo, somos grandes afortunados. Cuando Borja ha sido capaz de entenderlo, en él se ha producido esa ‘catarsis’ sanadora de la que hablamos y que le lleva a afrontar el reencuentro con su familia desde un lugar emocionalmente distinto al que se encontraba cuando inició la aventura.

En contacto con su sensibilidad

Para llegar a este conocimiento personal tan profundo, es necesario que la persona tenga una gran sensibilidad. Y Borja la tiene. De hecho, fue una de las primeras cosas que supimos de él cuando dedicó el salto a los valencianos. 

"Con este gesto, Borja demostró una sensibilidad social y empatía importante, al no centrar su salto únicamente en sí mismo, sino en aquellos que han sufrido una catástrofe real. Además, él es valenciano, y como a todos, la DANA ha impactado profundamente en su vida personal y a su entorno más cercano. Su mensaje y su dedicatoria también es una forma de validar el sufrimiento de los damnificados, dándoles visibilidad en un momento en el que toda España lo está viendo”, analizó Lara Ferreiro al comienzo del reality.

Esa dedicatoria fue algo único en el programa. Nunca antes habíamos sido testigos de semejante acto de solidaridad social. Esto, sumado a su “mentalidad de ganador”, de la que siempre ha presumido, le ha llevado no solo a coronarse como el vencedor de la edición, sino a hacerlo habiendo aprendido lecciones valiosísimas como la de ante la individualidad, la fuerza colectiva. Y eso también implica a su nueva concepción de familia. Hay cosas que ni el cheque con más ceros es capaz de recompensar.