Kiko Matamoros defiende a su novia Marta López Álamo y lanza una dura advertencia a su hija Anita Matamoros

Sobre esto Kiko piensa que “es alucinante. Makoke dejó de ir a la Clínica Bruselas cuando Marta empezó a ir conmigo”, y además se pregunta, "¿quién es mi hija para vetar a Marta o a cualquiera?”. El colaborador asegura que ha intentado por todos los medios “hacer ver a mi hija que está equivocada”. Y si algo tiene claro es que “no le voy a consentir esas gilipolleces”.

Aquí es cuando Kiko no ha dudado en afirmar que Makoke tiene algo que ver en esta situación. “Que su madre permita y aplauda eso me parece la peor educación que se le puede dar a un hijo, es muy mala educadora”. El colaborador piensa esto porque “para ella, todo lo que hacen sus hijos está bien”. Algo que él no comparte porque “no quiero criar tiranos, me parece una falta de respeto ir por la vida poniendo condiciones a tus padres. Si no te gusta la pareja de tu padre me parece muy bien, pero no me vas a decir dónde voy o no voy a ir”.

A Kiko este conflicto le tiene un tanto desconcertado. Asegura que “no sé ni cuándo ni por qué empezó este conflicto”. De hecho ha contado una anécdota con la que demuestra que hasta hace un tiempo su hija pequeña y su novia se llevaban bien. Cuando estuve en el hospital el año pasado, Marta y mi hija coincidieron y la relación fue estupenda, cenaron juntas”. Además pone la mano en el fuego por su pareja y muy tajante dice: “¡Te juro por mi vida que no ha habido un gesto feo de Marta hacia mi hija! Nada que se pueda entender como un desprecio”.

De ahí que le sorprendiera tanto recibir un mensaje de Anita diciendo “que dejemos de ir a la peluquería Lorena Morlote, como si ella o la otra (Makoke) se sintieran acosadas”. Desde el primer momento tuvo claro que no iba a consentir esto, así que lo que hizo fue “hablé con mi hija por WhatsApp y le dije que no iba a permitir una cosa así. ¿Cómo se puede defender que yo tenga que plegarme a esa petición delirante de una niña posiblemente manipulada por su madre?”. 

Según nos ha contado Kiko, esto sucedió en noviembre, pero luego retomaron la relación en diciembre. “Escribí yo por navidades para felicitarla. Me acerqué haciendo de tripas corazón”. Pero en junio todo volvió a estallar porque “el día que me intervinieron de la obstrucción por el cálculo biliar, me llamó Lorena, la peluquera, porque mi hija vio salir a Marta de la peluquería y montó en cólera”. Si algo siente el colaborador con todo esto es "una impotencia de cojones” pero tiene claro que “no tengo que ceder. No voy a ser yo quien se ponga de rodillas. No tengo que pedir perdón a nadie, y mucho menos mi pareja”.