Irene Rosales, abatida, llega al tanatorio para dar el último adiós a su padre, Manuel

El día ha amanecido lluvioso y gris en Sevilla, pareciera, para acompañar en su enorme tristeza a la mujer de Kiko Rivera. En soledad y parapetada detrás de un paraguas, Irene Rosales llegaba al tanatorio donde ya aguardaban los medios que, desde hace semanas, montan guardia a las puertas de su casa, epicentro de la noticia debido a las desavenencias entre el DJ e Isabel Pantoja.

El rostro de Irene reflejaba el cansancio que llevaba acumulando. El último mes ha sido muy difícil para ella, que se ha volcado cuidando de su padre. A todo esto, hay que sumar que ha dejado atrás la Covid-19, que pasó sin síntomas, el conflicto familiar entre los Pantoja a consecuencia de la herencia de Paquirri y sus semanales viajes a Madrid para participar en ‘Viva la vida’. La pérdida de su padre le hace cerrar el peor noviembre de todos.

Manuel, que llevaba años enfermo debido a un tumor cerebral, empeoró en los últimos meses tras el fallecimiento de Mayte. La madre de Irene Rosales moría a principios de año y, desde entonces, sus hijos se volcaron con su padre, que les necesitaba como nunca. Los últimos días han sido especialmente complicados, tal y como aseguró en ‘Sálvame’ Kiko Matamoros. El colaborador fue el primero en alertar sobre el delicadísimo estado de salud del suegro de Kiko Rivera. “Su estado es crítico”, afirmó con tristeza. Tan solo unas horas más tarde, el devastador desenlace tenía lugar.

Se espera que a lo largo del día de hoy familiares íntimos se acerquen hasta el tanatorio para despedir a Manuel y, especialmente, arropar a Irene Rosales y a sus hermanos que hoy, 26 de noviembre, han quedado huérfanos.