Un experto en imagen nos habla de Anita Williams tras 'Supervivientes 2025': "No intentó dar pena y aunque no todo fue perfecto"

No ha conseguido la victoria pero Anita Williams ha logrado algo más, recuperar el cariño del público. Analizamos junto a Pau Sabaté el gran cambio de la catalana

Anita Williams
GTRES

'Supervivientes 2025' no solo ha sido uno de los programas más seguidos del año, ha sido también un ejemplo de cómo la televisión puede amplificar, corregir o incluso destruir la imagen pública de quienes se exponen.

La transformación de Anita Williams (31 años) tras 'Supervivientes 2025' va mucho más allá de su apariencia física. La joven es una mujer renovada y segura de sí misma. Poco o nada queda de esa Anita completamente devastada por el aluvión de críticas que recibió tras su polémico paso por 'La isla de las tentaciones', una aventura que, además, terminó con su relación con Montoya. 

Antagónico ha sido el caso de Montoya. El sevillano llegaba a Honduras casi como un héroe nacional. Consiguió que su sufrimiento en 'La isla de las tentaciones' fuera el de todos. Sin embargo, esa empatía se esfumaba por completo en los Cayos Cochinos. En Lecturas hemos querido abordar este cambio con el experto en imagen y marca personal, Pau Sabaté. 

Ambos llegaron a Honduras con historia, habían sido pareja y de esa experiencia quedaron heridas, reproches mediáticos y una fuerte polarización entre sus seguidores. Anita, marcada por su infidelidad y convertida en blanco de todas las críticas. Montoya, en cambio, había salido reforzado, como el chico dolido, el que no se merecía lo que le pasó, pero en Honduras, las cosas cambiaron.

Anita y Montoya
Telecinco

La llamativa transformación de Anita Williams

"Anita entró en el programa con todo en contra. En redes, era vista como poco fiable, incluso manipuladora", expone el experto. Sin embargo, en las primeras semanas optó por seguir una estrategia que, sin saberlo, lo cambiaría todo. "Empezó a hablar claro, sin exageraciones y sin buscar el aplauso fácil. Admitió errores, habló de sus dificultades emocionales, de la presión de la fama, y sobre todo, de su hijo. No intentó dar pena, pero sí se mostró humana. Aunque no todo fue perfecto, hubo coherencia", recalca Sabaté. Y es que, según él, ahí radica gran parte de su éxito.

Anita Williams
GTRES

"Uno de los momentos más comentados fue cuando decidió confesar que había vuelto a tener relaciones con Montoya durante el concurso. Él lo había negado rotundamente, y su confesión no solo descolocó al público, sino que evidenció una diferencia clara entre ambos, Anita asumía lo que había hecho, Montoya lo evitaba", nos cuenta..

La crisis de identidad de Montoya tras 'Supervivientes'

Montoya, por su parte, entró siendo el favorito, el más querido por el público, pero conforme avanzaban las semanas, esa imagen fue perdiendo fuerza. ¿A qué se debió ese descenso de su popularidad? "Muchos empezaron a notar que forzaba sus emociones, que exageraba reacciones. Parecía atrapado en el papel de víctima y el problema con esos papeles es que, si no evolucionan, cansan", asegura Sabaté.

Lejos de saber desenvolverse en el conflicto y las críticas, se bloqueó. Y tomó la decisión de desaparecer. No acudió al debate final. "Se dijo que su desaparición se debía a indicaciones médicas. Tal vez fue cierto, pero lo que se percibió fue otra cosa, alguien que no quiso enfrentar lo que venía. Mientras tanto, Anita seguía adelante", destaca el experto en marca personal. 

Montoya
GTRES

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Las claras diferencias entre Anita y Montoya

Pau Sabaté alaba la forma en la que Anita ha sabido dar un giro a su marca personal. "No solo ganó seguidores en redes, sino también algo más difícil de conseguir: un cambio real de imagen. Ya no era la misma que vimos en 'La isla de las tentaciones' y no porque se lo propusiera como estrategia, sino porque eligió mostrarse sin rodeos", asegura.

Aunque quedó en cuarta posición, Anita sí ha ganado esa segunda oportunidad por parte del público y lo ha hecho mostrando que "cambiar no significa empezar de cero, sino saber reconocer en qué punto uno estaba equivocado".

Montoya, en cambio, "quedó atrapado en una versión de sí mismo que no supo abandonar a tiempo". "Pasó de ser el chico bueno a alguien que, ante los ojos de muchos, se volvió imprevisible y ausente. Su silencio posterior, lejos de calmar las aguas, ha dejado la sensación de que prefería desaparecer antes que reconstruir (...) Ha perdido más que una final, ha perdido el relato que tanto lo había protegido", ha zanjado.