Eva González ya lleva marcado en tinta el recuerdo de los dos hombres más importantes de su vida. La sevillana se ha puesto en las manos de uno de los mejores tatuadores de Madrid para lucir en su cuerpo dos dibujos que tienen que ver con su padre y con su hijo.
“El corazón hecho mi niño y la cruz de quien mi falta”, ha escrito ella en sus redes sociales donde ha dado cuenta de cómo ha sido el proceso para realizar estos mini tatuajes, realizados con un trazo finísimo y que siguen la línea de los anteriores que ella ya tenía.
El tatuador Nacho Caja ha sido el encargado de llevar a cabo estos tatuajes, aunque en el diseño de uno de ellos no ha tenido que intervenir nada puesto que ya venía fijado por el artista, el hijo de la presentadora.
Un homenaje en tinta a los hombres de su vida
El menor le dibujó a su mamá un pequeño corazón, que ella ha decidido grabarlo en su cuerpo para siempre. El niño es fruto del matrimonio de la exmiss y Cayetano Rivera, quienes pasaron por el altar en 2015 y se separaron en 2022.
Tras la ruptura, Eva regresó a su pueblo de nacimiento, Mairena del Alcor, donde continúa viviendo su madre y su hermana para, de este modo, estar mucho más cerca de sus seres queridos. De esta manera, no solo buscaba sentirse arropada por su familia, sino, también, ofrecer consuelo.
Y es que, cuando en 2013, falleció su padre, la matriarca de las González Fernández se quedó sola. Eva, por su profesión, estaba instalada en Madrid, donde trabajaba como actriz y presentadora. En ese momento crucial de su vida, la pena por la pérdida y el duelo se juntaron, de manera irónica, con su mejor momento profesional.
El momento más difícil de Eva González
Y es que ya se empezaba a cocinar el proyecto que la catapultó hasta el olimpo de los presentadores, ‘MasterChef’, que se convirtió en todo un éxito desde su primera edición. Además, se reconcilió con Cayetano Rivera, se casaron y tuvieron a su precioso hijo.
Tras el talent de cocina, Eva González siguió su ascenso imparable como presentadora y fichó con Atresmedia como presentadora de las diferentes entregas de ‘La Voz’. En 2022 se produce la disolución del matrimonio y, un año más tarde, Eva toma la decisión de marcharse a vivir a su pueblo de origen.
Como el programa va por temporadas y, entre una y otra, hay bastante tiempo de descanso, Eva ha podido compaginar vivir en Sevilla y solo subir a Madrid para grabar los programas. De esta manera, tiene la posibilidad de ofrecerle a su hijo una infancia tan feliz como la que ella tuvo, rodeado de familiares y de las bondades de vivir en una localidad pequeña.
Durante una de esas subidas a la capital, la andaluza aprovechó para hacerse estos dos tattoos que sirven de homenaje a su niño y a Manuel, su padre al que jamás olvidará.
