¿De verdad tienen motivos Laura Matamoros y Alejandro Nieto para dar pena?

29 de marzo de 2016, 11:23

Yo lo he pasado peor. No yo. No, yo. Que no, que te digo que soy yo. Así podíamos resumir estos últimos días entre Laura Matamoros y Alejandro Nieto en la casa de GH VIP. Los dos concursantes parecen haber echado mano de esta rancia estrategia y viven un tenso pulso de ver quién se hace con el corazoncito de la audiencia…

Mientras que Laura siempre ha sostenido que ha sido una chica trabajadora que se ha ganado a pulso cada cosa que tiene, Alejandro asegura que tampoco ha tenido una vida fácil, y que los últimos días en la casa se están volviendo especialmente complicados. Ya no aguanta más. Necesitó las palabras de su padre asegurándole que todo estaba a puntito de acabar para no tirar la toalla y marcharse. Aunque no quiere hablar de su hijo (el menor tuvo cáncer de recién nacido), el Míster repite que no ha tenido una vida fácil, y que, a pesar de su juventud, ha vivido mucho.

Por otro lado, su compañera de casa, Laura, también juega la misma carta. Una carta en la que culpa a su padre de los problemas económicos que ha vivido tanto ella como sus hermanos. La joven ha contado que había Navidades en las que en su casa no había nada más para comer que arroz hervido, y cree que ella es merecedora del premio porque es quien más lo necesita. Con el maletín le gustaría montar su propio negocio, y no está dispuesta a que nadie le arrebate su sueño.

Así que la pugna por los 300.000 euros se ha encrudecido en los últimos días. Cada palabra que dice el otro es susceptible de convertirse en un arma de doble filo. Laura está molesta con Alejandro porque ahora alardea de que nunca le ha faltado el dinero, ya que su padre “ha construido los supermercados Carrefour de media España”, algo que no encaja con la versión que dio hace unas semanas cuando aseguraba que su progenitor había meses que no ganaba más que 500 euros al mes. Pero no creáis que a este juego solo sabe jugar Laura, que Nieto también. El modelo le echa en cara la pose que lleva, y sostiene que ha tenido que exagerar sus circunstancias para que la audiencia empatice más con ella.

Qué queréis que os digamos, pero a nosotros, estas artimañas no nos gustan. Ni por una parte, ni por otra. Creemos que ambos habrán tenido episodios francamente malos en sus vidas, como todo el mundo, pero GH VIP no es lugar para subsanarlos. Es un concurso de convivencia, donde no existe lo de fuera y donde la audiencia solo debería votar aquello que ha visto en el reality, aquello que lo ha emocionado, divertido u horrorizado. Lo demás, no importa. Así que decimos ¡basta ya! a tanta penuria impostada.