Cristina Medina (54 años), actriz: "Tras el cáncer, he vivido todo un cuadro de ansiedad y depresión. Me ha costado mucho pero, a día de hoy, estoy emocionalmente estable"

Hace ya casi cuatro años la vida se le puso muy cuesta arriba a Cristina
Medina, cuando fue diagnosticada de cáncer de mama. Compartir su experiencia por redes sociales le dio la idea de crear Oncolomeeting, una aplicación que sirve como punto de encuentro para afectados.

¿Te influyó la respuesta de la gente en redes a tu cáncer para crear esta app?
-Exactamente. Todos los comentarios que me hacían me permitían darme cuenta de que lo que me estaba pasando era parte del proceso. Si ya sabes que es parte del proceso, te levantas y sigues. Y descubres que algunas sensaciones, como la de quererte morir, no solo te pasan a ti, y que son transitorias. Poco a poco te vas dando cuenta de ese tipo de acompañamiento desde la comprensión. La depresión es uno de los efectos secundarios más potentes de esta enfermedad y no parece que tengamos derecho a tener la depresión porque hay que estar animado, porque si no estás animado, te mueres. Imagínate la carga y la presión tan grande que es eso para un paciente de cáncer.

¿Cómo se gestiona esa presión?
-Es difícil, porque algunos pacientes desarrollamos un sentimiento de culpa por haber tenido la enfermedad, y eso ya es el colmo. ¡No se puede vivir con culpa! También ocurre lo de temerle a la vida, hay un período de la enfermedad en el que te vuelves muy antisocial porque te da miedo todo. Recuerdo que, al principio, cuando salía a la calle y me encontraba con alguien que sabía de mi enfermedad, no sabía si comunicarme como la que era antes o como la que soy ahora. Me era más fácil comunicarme como la que ellos conocen antes de ponerme a presentar de nuevo quién soy yo, porque ni siquiera lo tengo claro aún. Tras el cáncer, de alguna manera morimos; y todavía no he acabado con el luto de la muerte de la Cristina que era antes. Necesitamos más compresión, más empatía y humanidad.

¿Cómo te ha ayudado el acompañamiento psicológico en este proceso?
-Yo he ido a la loquera a la que estaba yendo desde que tenía 38 años, ella me conoce mucho. Aunque no he querido hacerlo durante todo el proceso de la enfermedad. Lo cierto es que he tenido acompañamiento de todo tipo, pero sobre todo últimamente, porque hace un año sucumbí, ya no podía más con los altibajos. Me fui al médico de cabecera y me he estado tratando para la depresión. Luché para no caer, con toda la química que me habían metido no quería, encima, caer en depresión, porque me daba mucho miedo. No quería depresión, pero me la tuve que comer con patatas, y la angustia, y la ansiedad, el dolor en el pecho, los vómitos otra vez... He vivido todo un cuadro de ansiedad y depresión.

¿Eso hace un año?
-Hace un año, sí. Dije: “Ya no puedo más”. Ni al fisio ni al loquero, me fui a por mi pastillita. Y ahora me la han quitado. Ha sido uno de mis grandes aciertos, pero para llegar ahí he tenido que aceptar que tenía la depresión, porque no quería. Me ha costado mucho. Y hay que ponerse con ella para que no se instale de una manera que, luego, sea mucho peor sacarla de encima. A fecha de hoy, emocionalmente, ya estoy estable; si me apuras, contenta.

¿Cómo te encuentras ahora mismo? ¿Tienes secuelas?
-Con respecto a las secuelas, como yo me he ido haciendo cosas paralelas, me encuentro muy bien. Físicamente, de vez en cuando aparece algún dolor o, de pronto, tienes algún día que no te puedes levantar. Porque estas cosas ocurren. Aguanto el día que me viene chungo como puedo y, luego, sigo con mis historias. Pero ya, para mí, no tiene tanta carga. Antes con cualquier cosita, un dolor, me venía abajo porque vivir con dolor es una gran faena. Ahora ya no vivo con dolor.

¿Sigues algún tratamiento?
-Sí, tengo una medicación de castración hormonal. Me quedan seis años y medio de tomarla.

Y continúas yendo a revisión, claro.
-Cada seis meses estoy en revisión. Y de momento sigue todo bien.

¿Antes dormías bien?
-He dormido como un tronco toda mi vida y, a raíz de los tratamientos, tengo insomnio. Pero ya está. Voy haciendo tratos conmigo misma, antes me negaba a tomar pastillas para dormir y ahora pienso en que me las tomo durante una semana y, a la siguiente, me tomo la mitad. Y, a la siguiente, me tomo algo natural.

Dices que es importante que los pacientes oncológicos no se sientan solos. ¿Tú te sentiste sola en algún momento?
-Te sientes desamparada, no existes. Cuando te dan el alta por primera vez, después de la quimio y la radio, estás desamparada. Me he sentido sola en muchos momentos porque ni siquiera yo sabía expresar lo que me pasaba. ¿Cómo se lo iba a explicar a mi alrededor? Y hay frases que tú no puedes decir, tú no puedes decir a tus hijos o tu marido: “Para vivir así, yo no quiero vivir”. Hay algunas cosas que solo puedes compartir con alguien que esté viviendo lo mismo que tú.