“Fue un flechazo, al principio hablábamos por teléfono, era capaz de llamarme veinte veces al día”, cuenta ella en las entrevistas que concedió a diferentes periodistas hace unos años”. Corinna Larsen se encargaba de narrar cómo era su relación con el rey Juan Carlos . “Él estaba profundamente enamorado, era muy romántico, me llamaba mi ángel, cariño, te deseo, no puedo vivir sin ti… me tocaba, me acariciaba continuamente”.
Corinna atesora mucha documentación relacionada con su romance. “Si se iba de viaje, me enviaba postales cursis escritas a mano, cuento las horas y los segundos para estar contigo, anhelo tenerte en mis brazos, mimarte, abrazarte, cuidarte, eres mía y solo mía…”. El emérito pensó en dejar a la reina Sofía ya de forma oficial para sellar legalmente su relación con Corinna.
“Corinna posee decenas, cientos de cartas y postales con declaraciones tiernas, ardientes o delirantes”, asegura Pilar Eyre en las paginas de la revista Lecturas. “Juan Carlos dejó a las otras mujeres, se apartó de sus amigos, no veía a su familia, solo quería estar con ella”. Fue el inicio del fin. Tanto para la relación personal que mantenía con Larsen como para su posición como jefe de Estado.
Una más en Zarzuela
“Una vez el rey la invitó a ir a Zarzuela porque la reina se había ido, “estaremos solos, bueno con los 120 trabajadores de la casa, pero no me importa que te vean”. Pero cual fue su sorpresa cuando apareció de improviso doña Sofía, “lo hizo expresamente para pillarnos, me dijo en inglés, señalándome con el dedo, “sé perfectamente quién eres”, explica Eyre.
No era la primera vez que la reina Sofía se enfrentaba a alguna de las amigas entrañables de su marido. Ya lo contó también Bárbara Rey, cuando tuvo un cara a cara con la hoy reina emérita. Sofía era conocedora de todo lo que rodeaba a su marido y tras haberlo pasado muy mal después del matrimonio, ya había pasado página.
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“Todos se quedaron paralizados, pero luego el rey le pidió perdón, dijo que no sabía porque se había puesto así, pues ya no eran marido y mujer desde hacía muchos años y ella conocía perfectamente sus aventuras y amoríos”, apunta Eyre. “Antes de mí estuvo veinte años con una señora, pero la reina se dio cuenta de que yo era peligrosa de verdad, porque no era un florero como las otras”, explicó Larsen en su momento.
Así se buscaron la casita de la Angorilla, “era muy sencilla pero allí éramos muy felices, él adoraba a mi hijo Alexander”. Lo llamaba papá y Juan Carlos le hacía regalos y le prometió a Corinna que “a su “hijastro” (sic) nunca le faltaría de nada, que se acordaría de él en su testamento”.
Las memorias del rey emérito
Era este pasado lunes cuando la editorial encargada de publicar las memorias del rey Juan Carlos en España confirmaba su lanzamiento. Mucho se había especulado hasta ahora. Que si no iban a ver la luz, que si lo harían solo en Francia -están escritas en francés como idioma original-, pero finalmente sí se publicarán. La expectación es ya enorme. ¿Qué va a contar el emérito?
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“Mi padre siempre me aconsejó que no escribiera mis memorias. Los reyes no se confiesan. Y menos, públicamente. Sus secretos permanecen sepultados en la penumbra de los palacios. ¿Por qué le desobedezco hoy? ¿Por qué he cambiado de opinión? Porque siento que me roban mi historia”. Así habla el rey Juan Carlos en la presentación de las mismas que se ha comunicado a la prensa.
El rey quiere hablar en primera persona. Quiere contar su historia desde Estoril hasta el exilio en Abu Dabi. Quiere ser él quien maneje los tiempos después de que muchos hayan hablado sobre su vida. Llegan estas memorias después de las de Bárbara Rey, donde se refiere a su relación con Juan Carlos, y lo harán casi a la vez que las de Iñaki Urdangarin. Su exyerno también quiere explicar su historia, tal y como avanzó Pilar Eyre en exclusiva para Lecturas.