Iñaki Urdangarin, 57 años: “Soy muy pesado con mi hijo Pablo. Le di tres consejos, humildad, actitud de guerrero y saber gestionar las derrotas”

Una relación excelente. Así define Iñaki Urdangarin su actual relación con la que es su exmujer y madre de sus cuatro hijos, la infanta Cristina. En esta segunda oportunidad que le ha brindado la vida, el exdeportista profesional se siente agradecido y desgrana, por primera vez, cómo es su nueva realidad, que está más cercana a la tuya y a la mía, que a la de un miembro de la realeza. 

El exjugador de balonmano ha concedido su primera entrevista tras pasar por la cárcel y cumplir su condena y lo ha hecho a La Vanguardia, donde no ha querido pasar de puntillas por ningún tema, ya fuera sus rutinas en la cárcel o cómo ve a su sucesor en las pistas, su hijo Pablo. 

“Soy muy pesado con mi hijo”, reconoce entre risas al periódico catalán. “Pero Pablo es fantástico porque escucha”. Iñaki cuenta que, cuando su hijo dudaba sobre a qué deporte dedicarse, él tan solo le dijo, “en los deportes de equipo, como persona te vas a formar muchísimo mejor. Y yo te recomendaría que cogieses algo donde sacases partido a tus talentos’”. Tanto caso le hizo que seguro que no se imaginaba que, con 24 años iba a ser una de las estrellas del Granollers, equipo con el que acaba de renovar. 

Al comienzo de la carrera deportiva de Pablo, Iñaki también le brindo tres consejos a los que el veinteañero se ha aferrado como si fueran sus sagradas escrituras. “El primero, humildad, que si se creía algo, al día siguiente no sería nada. Luego también le decía que para jugar a balonmano tiene que tener una actitud de guerrero. No puedes estar a medias tintas ni quejarte de que no te ponen o de que juegas en una posición que no te gusta. Y tercero, la gestión de las victorias y las derrotas, donde tras las victorias se vuelve a empezar de cero y tras las derrotas se pueden extraer cosas buenas para el futuro”.

La nueva vida de Iñaki en Vitoria junto a Ainhoa Armentia

Cuando salió de la cárcel y empezó cumplir el régimen de tercer grado, Iñaki Urdangarin se instaló con su madre, Claire Liebaert. Entonces empezó a trabajar en un bufete de abogados donde conoció a la que, a día de hoy, es la mujer con la que comparte su vida. 

Ainhoa e Iñaki se enamoraron nada más conocerse y lo apostaron todo a su relación, a pesar de que ambos estaban casados. En la actualidad, viven juntos en una urbanización familiar y tranquila, que les permite seguir muy cerca de Claire, el apoyo incansable del exnuero de la reina Sofía.

Esta nueva vida en Vitoria que Urdangarin define como “muy rutinaria”, él la administra levantándose temprano, haciendo deporte, dedicándose a las labores de la casa, quedando con amigos de la infancia con los que había perdido el contacto, sus aficiones y a trabajar en su futuro proyecto laboral. 

Esta nueva iniciativa a la que Iñaki empezó a dar forma en prisión, donde estudió Psicología y coaching, es su última y mayor ilusión. “Dentro me empecé a formar para salir y ayudar a otras personas a plantearse cualquier reto, motivación o competencia que quieran mejorar porque creo que mis experiencias excepcionales más la formación que fui adquiriendo pueden servir para ayudar”.

Lo ha llamado Bevolutive y lo que aspira es a tener una pequeña cartera de clientes en los que atender personalmente y brindarles una atención más cercana. 

“Es una vida ordenada. Me he vuelto a reencontrar con cosas de la sencillez, que después de todas las etapas de mi vida es lo que más me apetece”, resume. “He tenido años muy complicados en los que te centras en tu defensa. Mi vida ahora no llama la atención a nadie. Tengo la sensación de que se me ha escapado el tiempo y quiero aprovecharlo muy bien”. Y en ello está.