Desde que a finales de agosto se abrió una cuenta de Instagram con la ayuda de su hija Sofía Cristo, Bárbara Rey ha encontrado en las redes sociales una vía para abrir su corazón y explicar las muchas y muy interesantes anécdotas y vivencias que componen su vida. Desde su relación con la comida y su sana ironía sobre los kilos, la historia familiar con su mono Nicolás y, ahora, sus flirteos con el bisturí. Al menos, el más evidente de todos.

La exvedette ha reconocido que pasó por el quirófano para operarse los labios. Lo ha contado como medida preventiva para las personas que se estén planteando hacerlo también y que, al menos, se aseguren de que el proceso al que se sometan cumpla con las garantías necesarias. Y es que Bárbara no quedó del todo contenta con el resultado y mucho menos con las consecuencias, ni tampoco con lo poco que se cumplió la promesa del médico que la operó.

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Bárbara Rey se toma los kilos a risa

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"Vaya peasosssss de morros que me pusieron en el 1990", arranca en su confesión. "Me dijo el médico que en cinco años desaparecería. Sí, sí, ya lo veo. 27 años del ala y aquí sigo", cuenta la actriz y cantante con resignación. Pasando por encima, Bárbara ha contado algunos detalles de retoque en cuestión, como que la llevó una amiga un poco interesada. "Me llevó una amiga que me adoraba. Me enteré después que llevando a gente se lo hacían gratis a ella y a sus hijas. Vaya pieza... Un día os diré quién fue", escribe misteriosa.

En un gesto generoso ha concluido la historia sobre sus morros para incidir en que, antes de someterse a cualquier operación estética, hay que asegurarse de que cumple con todas las garantías: "Aprovecho para deciros que tengáis mucho cuidado con estás cosas de infiltraciones. Una no sabe lo que le ponen y es muy peligroso".