Sin la presencia de su hijo, el pasado lunes 30 de septiembre se abría el testamento con las últimas voluntades de Camilo Sesto. Tal y como ya había adelantado Lecturas, en él se reconocía al primogénito, Camilo Blanes, como heredero único. El hombre de 37 años se ha convertido así en la pieza clave para gestionar el patrimonio y todos los bienes de su padre. En concreto, percibirá ocho millones de euros entre derechos de autor, las propiedades y las cuentas en efectivo. Una gran suma de dinero que va a cambiar su vida considerablemente.

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En el extremo contrario del tablero se encuentran Eduardo Guervós y Cristóbal Hueto. Los hombres de confianza del cantante, que estuvieron hasta el último de sus días con él, no han recibido nada, ni dinero en efectivo ni propiedades. Eso sí, el administrador de Camilo, Cristobal tiene el encargo de abrir en su tierra natal, Alcoy, un museo homenaje con una serie de objetos que le ha legado para ello.

De Eduardo, en cambio, no hay ni rastro en sus últimas voluntades. Ambos han asegurado a Jaleos que sabían que no iban a recibir nada. Ahora tan solo esperan que la madre de Blanes se retracte de las acusaciones en las que afirmaba que tan solo querían engañar a su hijo para quedarse con la herencia.