Ilia Topuria (28 años) ha conseguido llevar al deporte español a lo más alto de la MMA. El Matador, como así se le conoce por su pasmosa rapidez a la hora de noquear a sus rivales, se alzó con el título de Campeón Mundial de Peso Pluma de la UFC después de ganar un combate contra Alexander Volkanovski. Unos meses más tarde rivalizó el título tras dejar KO a Max Holloway. No es extraño que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, le concediese este año la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo por los éxitos cosechados.
Aunque no pudo acudir al acto por motivos profesionales, el luchador sí aprovechó para publicar un video y dar a conocer la fecha de su próxima pelea. ‘La leyenda’ luchará durante la madrugada del sábado 28 al domingo de junio, en el UFC 317 de la International Fight Week. Ilia Topuria vuelve a sentarse en el plató de 'El Hormiguero' para hablar del gran evento.
Se ha convertido en un rostro habitual en plató de Pablo Motos y sus hormigas. Ya estuvo hace apenas unos meses para celebrar su título de campeón mundial Peso Pluma de la UFC y, también, para presentar su película ‘Topuria: Matador’.
Gtres
La frase que evitó que Ilia Topuria se rindiese
En una de esas intervenciones, contó sus difíciles inicios en la lucha. Nadie creía en él. "Siempre estaba constipado, era flaco, con mocos. Nadie se podía imaginar que podría llegar a ser campeón del mundo. En mi familia, mi hermano siempre ganaba y yo perdía y mi familia me ofrecían otras cosas. Me decían: 'Ve a tocar el violín'. Yo, en cambio, decía: 'Darme un poco más de tiempo'", contaba.
Casi se rinde, pero una frase de su padre le llegó al alma y le hizo creer en sí mismo: "Cuando el deporte apareció en mi vida, empecé a soñar a lo grande. Y mi padre me dijo: 'Cuando el mundo conozca tu talento y vean lo que tienes, vas a revolucionar el deporte'".
La etapa más difícil de Ilia Topuria
La historia de Topuria es sinónimo de superación. Durante un tiempo tuvo que vivir separado de sus padres. Apenas tenía ocho años cuando sus progenitores se mudaron a España, dejando en Georgia a él y a su hermano, Aleksandre Topuria. "Fue muy duro. Intentaba entender por qué nos tuvieron que dejar, aunque hoy en día lo agradezca", reconocía Pablo Motos. Aquello forjó su carácter.
Poco tiempo después, se enfrentó a los sinsabores de una guerra siendo aún un niño: "Todo el mundo estaba en la desgracia. Sin agua ni comida. Estábamos en el sótano viviendo para que no tiraran bombas. Allí está el verdadero miedo y no en el octógono. En cualquier momento te podían matar. Entraban en tus casas y te podían torturar".
Por fortuna, todo cambió cuando cumplió los 15 años. Su hermano y él pudieron mudarse a España con el resto de la familia. Llegaron a Alicante. Su vida dio un giro de 180 grados cuando paseando un buen día por la calle, en el año 2012, se cruzaron con un hombre con unas orejas de coliflor, una de las lesiones típicas por practicar deportes de contacto. Su madre le preguntó y le recomendó que visitara el Climent Club de los hermanos Jorge y Agustín. Fueron ellos los que le enseñaron todo lo que sabe de lucha.
En poco tiempo, ya estaba compitiendo y a finales de 2020 debutó en la UFC contra Youssef Zalal. Ganó. Esa solo fue la primera de las muchas que estaban por llegar contra los grandes nombres del mundo de la lucha.
Gtres
Giorgina Uzcategui, su mayor apoyo
Topuria tiene también fortuna en el amor. Comparte sus días con sus dos hijos y su pareja, la empresaria Giorgina Uzcategui, con los que vive en Alicante. La joven venezolana, licenciada en Administración y Dirección de Empresas en Miami y propietaria de la empresa de soluciones sostenibles Future & Energy, es la que le ha acompañado en sus grandes victorias en la UFC.
Se conocieron durante una cena y desde entonces no se han separado. "Es uno de los mejores regalos que me trajo Dios", dijo él. A finales de julio, la feliz pareja dio la bienvenida a su primera hija en común, que lleva el mismo nombre que su madre. Su otro hijo, Hugo, es fruto de una relación anterior de Topuria.