Por el restaurante de ‘First Dates' han pasado todo tipo de solteros en estas más de 10.000 citas a ciegas. Los hay que llegan buscando el amor, pero sin tener las cosas claras, pero también hay comensales que saben muy bien lo que buscan. No se les puede mover ni un milímetro de la posición. Ese es Paz (77 años). El chófer jubilado del municipio ciudadrealeño de Puebla de Don Rodrigo dice sentirse muy solo en su casa. De ahí, su idea de recurrir al famoso dating show. Quiere que le cambie la vida.
Se marchó de su pueblo con apenas 15 años "con una mano delante y otra detrás". Se fue a Barcelona como conductor de turismos. No le fue nada mal. Estuvo en la Ciudad Condal durante cincuenta años. No es un hombre de bares, pero no le importaría ir de vez en cuando si encuentra a la persona adecuada.
"Quiero a una persona formal, seria y que sepa lo que quiere y lo que va a hacer si es que lo hace", le ha confesado a Carlos Sobera (64 años). El presentador parecía no entender muy bien lo que el comensal estaba buscando. El chófer lo ha aclarado poco después ante las cámaras: "Sobre todo, que sepa de plancha porque yo quemo la ropa y luego si me tiene que ayudar a limpiar cristales o me tiene que ayudar a hacer la comida o a fregar el suelo, pues me tiene que ayudar".
Mediaset
Por si no fueran pocos los requisitos de este comensal de 'First Dates', Paz exige por encima de todo que su futura pareja tiene que irse a vivir a Puebla de Don Rodrigo porque la casa es prácticamente nueva. "Quiero una señora y deseo una señora para que viva conmigo en mi casa", ha añadido.
Él tiene las cosas claras, pero Cristina (81 años), también. La cuidadora de Ledaña, Cuenca, busca sí o sí a un hombre "que no sea un adefesio" y que, por supuesto, la trate bien porque ella es la reina de su pueblo. "La más guapa y la mejor arreglada del lugar, esa es la Cristina. Soy la jefa del bingo", ha reconocido a las cámaras de 'First Dates'.
Mediaset
A Paz no le ha gustado ni un poquito de primeras. De hecho, sus comentarios se han extralimitado en sinceridad. "Te digo la verdad, no me gusta. Tiene el pelo de un color que no me gusta y cortillo, así arratonadillo. No me gusta. Además va encorvada, cosa que yo no", ha comentado sin pudor. Lo curioso es que todos estos detalles han dejado de importarle durante la cena, siempre y cuando cumpliese con sus condiciones. Él quería lo que quería a toda costa.
Después de preguntarle si tenía algún problema de salud, le ha espetado la gran pregunta sin rodeos: "¿Tienes problemas para desplazarte a vivir a otro lado?". La soltera se ha negado en rotundo porque tiene a un hijo cerca y tampoco quiere dejar su pueblo. "Se puede resolver, hablando se entiende la gente. Primero hay que conocerse", ha añadido ella, intentando suavizar la situación y poniendo un poco de cordura a la cita.
Si ya tenía pocas ganas de irse con él, la siguiente pregunta de Paz le ha dejado atónita. "¿Tú te encuentras capacitada como para echarme una mano en casa y hacer la comida o planchar?", le ha espetado. Es lógico que Cristina se haya ofendido. "Quiere una criada y yo en mi pueblo soy la reina, todo el mundo me quiere y me respeta", ha dicho visiblemente enfadada a las cámaras de 'First Dates'.
Sin apreciar el grado de enfado (que ya se empezaba a hacer evidente en Cristina), Paz ha proseguido con sus exigencias: "Y ya lo dejo claro, tiene que ser en la Puebla. Que no te interesa, pues aquí no ha pasado nada y es lo que hay. Así es la vida".
Paz ha dicho sí a una segunda cita, pero recordando el trato que creyó sellar con Cristina pero que no hizo. "Hemos quedado que nos dejaremos los teléfonos y a ver si un día podemos llegar a un acuerdo, pero ya sabes que el acuerdo es vivir en Puebla de Don Rodrigo", ha dicho. Cristina le ha interrumpido: "De eso nada". Al final, se han ido cada uno por su lado.