¿Te suelen salir herpes bucales?

Descubre los falsos mitos del herpes bucal y reduce el riesgo de sufrir brotes

23 de junio de 2015, 11:16

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¿Te ha salido alguna vez una 'calentura' o una 'pupa' en los labios, en las encías o incluso en la garganta? El virus del herpes simple es el responsable, en la mayoría de los casos, de esta pequeña infección del área bucal que suele provocar molestias leves pero que conviene controlar.

Cómo saber si tú tienes el virus

Los síntomas pueden ser distintos en cada persona. Verdadero. Incluso en una misma persona los síntomas pueden ser distintos en diferentes brotes. En todos los casos lo habitual es que, antes de que salgan las lesiones, el herpes 'avise' con picor en los labios o cerca de la boca, hormigueo e incluso sensación de ardor. Finalmente, aparecen unas pequeñas ampollas o vesículas que acaban transformándose en costras amarillentas. Al caerse dejan la piel rosada.

Las 'pupas'  aparecen justo después del primer contagio. Falso. Tras el contacto inicial con el virus VHS-1, los síntomas aparecen entre una y tres semanas después. Normalmente el primer episodio es más severo y prolongado en el tiempo mientras que los posteriores habitualmente son más leves y su duración acostumbra a ser menor.

No se necesitan pruebas para su diagnóstico. Verdadero. Si hay dudas puede tomarse una muestra, realizar un cultivo de la lesión y analizarla, pero no es lo habitual. Lo normal es que con un examen físico de las lesiones por parte del médico se tenga la certeza de que es el virus del herpes el causante.

Pueden inflamarse los ganglios cercanos. Verdadero. No es raro que se inflamen los que están más cerca (como los del cuello) durante el episodio de herpes, aunque es el especialista quien debe valorar cualquier ganglio inflamado. Dolor de garganta, dificultad para tragar o fiebre pueden acompañar a las lesiones.

¿Por qué el herpes puede reaparecer?

Si la 'calentura'  desaparece, el virus también. Falso. Una vez entra en nuestro organismo, el virus del herpes simple permanece inactivo o latente en el sistema nervioso de la cara sin producir síntomas, pero puede “despertarse” o reactivarse ante determinadas circunstancias.

Tomar el sol puede favorecerlo. Verdadero. Una sobreexposición solar puede provocar el brote pero también puede hacer que se extiendan las lesiones si ya han aparecido. El frío, la menstruación, la fiebre, una gripe, cualquier hecho que origine una bajada del sistema inmunológico o incluso el estrés son situaciones que pueden desencadenar un nuevo brote en personas que ya han tenido un contagio previo con el virus del herpes.

No se puede hacer nada para prevenirlo. Falso. Un buen descanso ayuda a reforzar nuestras defensas y a combatir el estrés, lo que nos permite tener un sistema inmunológico fuerte evitando la reactivación del virus. La protección solar en los labios en cualquier época del año (no solo en verano), llevar una vida sana que incluya el deporte de forma habitual, una dieta equilibrada y una vida relajada, ayudan a evitar su reaparición.

Así debes actuar cuando sufres un brote

Solo desaparece cuando se trata. Falso. Los síntomas pueden durar varios días (e incluso más tiempo) pero, aun sin tratamiento, acaban por desaparecer en una o dos semanas. Si no se tocan, la zona se regenera sin dejar cicatriz.

Los parches invisibles ayudan. Verdadero. Hay que usarlos cuando el virus “avisa” de que va a aparecer para disminuir el picor, la sensación de quemazón, la inflamación e incluso la formación de ampollas y costras. Como tapan la zona, se disminuye el riesgo de contagio.

Hay fármacos que eliminan el virus. Falso. Las pomadas antivirales (que debe recetar el médico) ayudan a que las lesiones curen antes, aunque no eliminan el virus.

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