Así habló Grace Kelly, en exclusiva a Lecturas, tras el nacimiento de Estefanía: “No soy la mejor cocinera del mundo, pero me divierte preparar mermeladas y tartas de frutas”

Como dicta la tradición, veintiuna salvas de cañón anunciaron al pueblo monegasco el nacimiento de la tercera hija del príncipe Rainiero y la princesa Grace. Tras la llegada en 1957 de Carolina y un año después de Alberto –que ostenta el título de príncipe heredero–, la pareja dio la bienvenida a la pequeña Estefanía.

Al ser niña, Grace y Rainiero se ahorraron una riña marital

El sexo del bebé fue motivo de debate en la familia. Se sabe que Grace quería una niña y que los pequeños Carolina y Alberto también se inclinaban por una hermanita. En cambio, Rainiero hubiera preferido un niño. En todo caso, no hubo problema entre los dos padres, ya que en el fondo el príncipe estaba encantado con la pequeña y, de haber nacido niño, entre ambos sí hubiera surgido una pequeña disputa, puesto que eran partidarios de nombres diferentes. Rainiero le hubiera puesto Florestán –como su tatarabuelo– y Grace lo habría llamado John. Al ser niña, no hubo discusión alguna, ya que ambos coincidieron en la conveniencia de Estefanía.

El hermano de Grace ejerció de padrino en el bautizo

En cuanto se escucharon los veintiún cañonazos que anunciaban la llegada del bebé real, los ciudadanos del principado se trasladaron en masa ante el palacio de sus soberanos, portando retratos gigantes de Grace y Rainiero, mientras centenares de automóviles hacían sonar sus cláxones. Sin embargo, tuvieron que esperar un poco para la presentación oficial. La niña fue bautizada el 13 de marzo. Ejerció como madrina su prima hermana Elisabeth Anne de Massy, hija de la princesa Antoinette. El padrino fue el hermano de Grace, John Brendan Kelly, Jr. Tras la ceremonia, sus padres la presentaron ante el pueblo monegasco en el balcón de palacio.

Grace cocinará para la pequeña Estefanía

La llegada de la pequeña no alterará en gran medida las rutinas de palacio. En decla-
raciones recogidas en exclusiva por Lecturas, la princesa afirma que piensa seguir cocinando de vez en cuando para sus hijos: “No soy la mejor cocinera del mundo, pero me gusta hacer yo misma algunos platos. Los niños comen muy a gusto mis pasteles, y a mí, ayudada por mi cocinero italiano, me divierte preparar mermeladas y tartas de frutas”.

Estefanía tendrá libertad como sus hermanos

Más allá de los menús, en palacio seguirán prevaleciendo los mismos principios en cuanto a la educación de los hijos. El deseo de Grace es que Estefanía disfrute de una infancia normal, al igual que sus hermanos. “Es que ese es mi criterio personal respecto a la educación de mis hijos”, explica la princesa. “Los niños están acostumbrados a moverse libremente por su casa, aunque esta sea un palacio, como todos los niños del mundo hacen en las suyas. Carolina lleva siempre en brazos, vaya a donde vaya, a su muñeca preferida, y Alberto juega a los indios por los pasillos como cualquier niño de su edad”, detalla divertida Grace.