Patricia Ramírez, madre de Gabriel Cruz: "No soy la madre doliente que está todo el día quejándose y llorando"

Rompe su silencio en un plató de televisión para sumar su voz a la de muchas víctimas desprotegidas, buscando un espacio para construir

Pablo Casal
Pablo Casal

Coordinador digital de Lecturas

Patricia Ramírez
'Vamos a ver'

Parece mentira que una madre a la que le han arrebatado lo más sagrado tenga que dar explicaciones. A veces, lamentablemente, ocurre así. Ana Julia Quezada asesinó a Gabriel Cruz en febrero de 2018 y fue la primera mujer condenada a prisión permanente revisable en España por un crimen atroz.

La madre de la víctima, Patricia Ramírez, ha pedido en reiteradas ocasiones respeto para su hijo, para ella y para su familia, pero tras los últimos acontecimientos se ha visto obligada a alzar la voz. Presuntas irregularidades en la prisión de Brieva (Ávila), donde la condenada habría recibido tratos de favor e intentado participar en un documental.

Aunque consiguió que la plataforma paralizara esa producción, la investigación abierta en el correccional abulense y los detalles que salieron a la luz sobre un presunto chantaje por parte de Ana Julia a las autoridades penitenciarias, han vuelto a poner de manifiesto la desprotección a la que se enfrentan algunas víctimas.

"Yo pongo en la denuncia que me siento perjudicada por los tratos de favor y que tengo miedo de lo que pueda conseguir a través de esos tratos de favor", ha manifestado Patricia en una conversación con Joaquín Prat, en 'Vamos a ver', "para construir" y "para trabajar todos juntos sin que se dañe a nadie".

Un espacio para construir

Patricia Ramírez se ha sentado en un plató de televisión y ha explicado a Joaquín Prat los motivos que le han llevado a hacerlo: "Lo primero y fundamental por construir. Creo que es un espacio donde podemos hacerlo y por lo menos se da la posibilidad de que nos podamos explicar más allá de que el foco lo coja siempre lo oscuro de nuestros casos".

"Hay un interés por empezar a descubrir quiénes somos las víctimas, qué necesidades tenemos y por qué necesitamos que nos protejan. Un marco en el que podamos trabajar todos juntos sin que nadie se dañe. Lo segundo es por obligación hacia los míos y hacia otras víctimas", ha continuado en su intervención en 'Vamos a ver'.

A Patricia le daba "mucho miedo" entrar en televisión y recalca que lleva "ocho años con miedo permanente", pero hubo un punto de inflexión esta semana: "Cuando vi a los padres de Marta del Castillo me di cuenta de ese trabajo que llevan haciendo durante tantos años, porque es muy importante desde el respeto y la educación salir a posicionarse. Si no nadie sale a posicionarse. Me pareció un acto de valentía lo de los padres de Marta y yo también tenía que venir".

Presuntas irregularidades en prisión

La madre de Gabriel Cruz también ha querido reivindicar que "si la denuncia ha servido para que se investigue si hay más irregularidades con presos que se hacen mediáticos y lo utilizan para conseguir tratos de favor", es importante que las víctimas caminen de la mano: "Cada una tiene una particularidad, como los seres que nos arrancan, pero luego tenemos unas zonas comunes, que cuando haya un cumplimiento de la condena lo sea con todas las garantías".

Quiere "ponerle luz a la oscuridad" y por eso ha salido, dice, "a ponerle cordura o sentido común" a lo que estaría ocurriendo en estos centros penitenciarios, aunque "se le revuelvan las tripas". Entiende, además, que pueda haber fallos en el sistema, pero si Ana Julia ha tenido un teléfono, "que es un objeto peligroso y así lo dice un reglamento", considera esencial que se proteja a las víctimas.

Se siente desprotegida

Patricia se reúne en 2019 con el Ministerio del Interior, se consigue un cambio en la Ley. de Enjuiciamiento Criminal y a partir de ahí no hay más reuniones con ese órgano de Gobierno. Es ella la que alerta a la Guardia Civil de lo que presuntamente está ocurriendo en la prisión de Brieva con Ana Julia, después de que acudieran a ella varias fuentes y con el fin de que no trascendiera a la esfera pública.

"Escribo tres cartas a vigilancia penitenciaria, porque debemos saber si hay beneficios por si es peligroso. Cuando me entero de que está haciendo el documental, que presuntamente utiliza teléfonos móviles, teniendo en cuenta que en nuestro caso se ha filtrado hasta lo que es 'infiltrable', cuando pongo una denuncia tengo miedo", ha explicado a Joaquín Prat.

Su temor estaba fundamentado y finalmente se hizo público, pero hasta el mes de mayo de 2024, cuando comparece en rueda de prensa, nadie le informa de los avances en la investigación: "Nadie me dice si se han encontrado los teléfonos, si sigue grabando, me entero que el documental está a punto de salir y se supone que habían tenido cinco meses para hacer algo. La respuesta fue "no tengo respuestas"".

El estatuto de la víctima

En su conversación, ha querido subrayar también el peligro que supone para ella que Ana Julia pueda tener un teléfono móvil: "Evidentemente, a esta mujer no le tengo miedo; le tengo pánico. Porque ya ha hecho lo más gordo, que me quitó a mi nano. Yo sé que me tiene ganas y tengo miedo porque sé que puede hacerme daño porque ya lo ha hecho".

"Las víctimas, en general, cuando nos pasa algo como esto somos más conscientes de que tenemos que cumplir la norma. Si antes como ciudadano eres consciente, cuando te pasa una cosa como esta, incluso más", ha enfatizado también en una conversación en la que ha dejado algo muy claro: "No soy la madre doliente que está todo el día quejándose y llorando". 

También ha tenido palabras de agradecimiento para las personas que le han contado lo que supuestamente sucedía en la cárcel con Ana Julia, ya que "podían haber salido en televisión y no lo han hecho: "Para ellos lo importante es que ella cumpla la pena con las máximas garantías".