Carme Chacón. Bajita, siempre muy bien vestida, luciendo una simpática e imperfecta sonrisa. Era muy cariñosa. Cuando le pregunté qué pensaba mientras, embarazadísima, pasaba revista a las tropas, me contestó, “solo quería que todo saliera bien”. Nos encontrábamos en funerales, premios literarios y cosas así, hablaba indistintamente castellano, catalán e inglés, discutíamos si era mejor el tren o el avión para ir a Madrid y una vez que yo iba con mi hijo, me enseñó el suyo en el móvil, “es molt maco”.

Cuando se acababa de separar, le pregunté cómo lo afrontaba y me contestó una frase que estos días se está reproduciendo mucho, “estoy estrenando vida”. Corta vida, pero volando muy alto.