Mayka Navarro

Mayka Navarro

Ana Julia Quezada
Gtres

“Ana Julia Quezada, sexo, engaños y amenazas desde la cárcel”

MAYKA NAVARRO
Mayka Navarro

Periodista especializada en sucesos y en ‘true crime’

Ana Julia Quezada fue la primera mujer condenada en España a prisión permanente revisable. En 2018 asesinó al pequeño Gabriel en Almería y fue capaz durante varios días de permanecer junto al padre del niño, que entonces era su pareja, y mostrarse abatida. Su capacidad de manipulación y engaño sobrecogieron a una sociedad que ahora descubre horrorizada la nueva trama protagonizada por una mujer que ha sido capaz de hacer y deshacer a su antojo en la cárcel de Brieva, en Ávila, donde cumple condena.

Una alerta desesperada

Brieva es una prisión pequeña, con apenas 73 presas y más de un centenar de funcionarios, en su mayoría hombres. Un auténtico polvorín después de conocerse las averiguaciones de la Guardia Civil. Patricia Ramírez, la madre de Gabriel, denunció públicamente hace más de un año que la asesina de su hijo contaba con la ayuda de funcionarios y que había conseguido un teléfono móvil con el que estaba grabando un documental sobre el asesinato de su hijo. La alerta desesperada de la madre forzó a la productora a suspender el proyecto.

Ana Julia

En el módulo de respeto

En estos días se ha conocido el sumario de la investigación que tutela una jueza con la Guardia Civil. Una investigación que señala concretamente a un funcionario de la prisión, un hombre de unos 60 años, padre de familia y que está de baja médica desde hace más de un año. El trabajador presuntamente facilitó a Ana Julia un teléfono móvil, a cambio de relaciones sexuales. Durante este último año, los guardias civiles han tomado declaración a varias presas del módulo de Ana Julia Quezada, que aseguraron que la mujer mantuvo relaciones sexuales con “al menos tres funcionarios y un trabajador de la cocina”.

Una de las internas interrogadas contó cómo por las noches oía que “entraban los funcionarios a la celda contigua, donde estaba Ana, para mantener esos encuentros”. La presa aseguró que Ana Julia era ordenanza en el módulo azul de Brieva, el más tranquilo de la prisión, considerado de respeto, y que era “una presa de total confianza de los funcionarios”. De hecho, su comportamiento era calificado siempre como “excelente” en los informes elaborados por la junta de tratamiento de la prisión. En su declaración, esa misma interna aseguró que Ana Julia se pavoneaba ante el resto de las presas de tener “encoñados” a varios funcionarios y a un cocinero de los que, aseguraba, conseguía todo lo que quería.

Ana Julia. piscis. 49 años

Pero ¿cómo tuvo conocimiento la madre de Gabriel de lo que estaba pasando en el interior de la cárcel? Ella solo contó que los datos le llegaron de varias fuentes, pero coinciden en el tiempo con otra denuncia realizada por una tarotista que en octubre del 2023 empezó a recibir las llamadas de una joven catalana de 23 años, interesada por el futuro de su relación con una mujer a la que identificó como “Ana Julia. Piscis. 49 años”.

La joven, que hoy en día sigue viviendo con sus padres, llamó angustiada porque su relación con aquella mujer mayor no iba bien y necesitaba saber si los problemas que tenían se acabarían solucionando. La vidente en un principio no cayó, pero con el tiempo y la sucesión de consultas telefónicas, fue atando cabos hasta identificar a la misteriosa y controladora novia con la asesina de Gabriel. Tanto la echadora de cartas como la joven catalana declararon en la Guardia Civil.

Ana Julia

Se ganó su confianza

A medida que se sucedían las llamadas, la joven fue ganando confianza y desvelando más intimidades sobre su pareja a la tarotista. Hasta que terminó contando que estaba en prisión y se interesó por saber si la acabarían trasladando a una cárcel catalana. También contó que su pareja tenía un teléfono móvil dentro de la cárcel y por eso hablaban con frecuencia y se enviaban imágenes y mensajes.

La catalana contó que su novia tenía un proyecto para rodar un documental con el que recibiría 400.000 euros, de los que había solicitado un adelanto a la productora de 20.000. Y explicó a preguntas de su interlocutora, que había funcionarios que alertaban a Ana Julia cuando se realizaban cacheos de la celda. Esos días, otro funcionario sacaba el teléfono de la cárcel y lo guardaba en su propia casa. A la chica también le preocupaban el recorrido de unas fotografías eróticas y sexuales que había enviado a su pareja.

Los planes de Ana Julia

La joven explicó que Ana Julia le decía que tenían que casarse para “conseguir permisos” y el traslado a una prisión de Catalunya. Allí, le decía su novia, le sería mucho más fácil salir de la cárcel, y que una vez fuera se la llevaría a vivir a la República Dominicana. La joven, contó la tarotista, estaba “muy agobiada.” No quería casarse “porque tenía miedo de la reacción de la gente y la de su familia”, pero Ana Julia le insistía para que acudiera al Registro Civil para enterarse de la documentación que necesitaba para contraer matrimonio con una presa y solicitar su traslado a un centro catalán. “La boda tendrá que ser en secreto”, decía la joven.

Tres años de relación

En su declaración ante la Guardia Civil, la joven explicó que inició una relación de amistad con Ana Julia Quezada en diciembre de 2020, cuando le escribió varias cartas. Pero no fue hasta dos años después que las dos mujeres iniciaron una relación sentimental. Desde entonces, ella viajaba una vez al mes hasta Ávila para tener encuentros íntimos con la presa, los denominados vis a vis. Fue precisamente en uno de esos encuentros, en octubre de 2023, que la joven aceptó la petición de Ana Julia de llevar un teléfono que previamente entregó en un parquin a un funcionario de la prisión. 

La joven habló estos últimos días con la reportera María de Vicente del Programa de Ana Rosa. En una conversación telefónica, la mujer aseguró que se interesó por Ana Julia porque le apasiona la astrología y quería entender por qué asesinó al pequeño Gabriel. La mujer negó que su relación con la presa fuera sentimental o íntima, contradiciendo lo que declaró a la Guardia Civil. De hecho, se mostró muy vulnerable, incluso dependiente todavía emocionalmente de Ana Julia de la que aseguró que esos encuentros sexuales con funcionarios fueron obligados por los trabajadores del centro. Una tesis que mantiene el abogado de la mujer, Esteban Hernández Thiel, quien denunció que no se les haya permitido personarse como víctima y que las presuntas irregularidades de un funcionario se estén narrando, poniendo el foco sobre su clienta.

Miedo y amenazas

El escándalo que ha supuesto conocerse los detalles de lo que estaba pasando dentro de la pequeña prisión de Brieva, no ha motivado, por el momento, ninguna reacción por parte del ministerio del Interior. En la cárcel, Ana Julia Quezada ha sido trasladada a otro módulo y a una celda en la que está acompañada las 24 horas de una reclusa de confianza. Se le ha incluido en el programa de prevención de suicidios. Y no porque haya sospechas de que tenga intención de hacerse daño, sino para que pueda estar en todo momento vigilada y controlada.

La madre de Gabriel reapareció esta semana ante los medios de comunicación para denunciar el abandono y la desprotección que siente. Advirtió de que Ana Julia en prisión había verbalizado su menosprecio hacia ella. “Tengo miedo. No duermo. No vivo. Se que está enfadada porque al suspenderse el documental, se quedó sin fuente de ingresos. Me aterra que tenga capacidad para enviar a alguien para hacerme daño. Por eso he puesto la denuncia”. La investigación sigue abierta.