28 de diciembre de 2019, 12:32
¿Qué necesidad tengo de abrirme en canal?
Todos tenemos nuestras zonas oscuras, esos espacios que nos inquietan porque entrar en ellos significa desestabilizarnos y hacer frente a una parte de nuestra personalidad de la que no nos sentimos orgullosos.
El miedo, el dolor y la angustia tienen una capacidad asombrosa para germinar en nuestro cuerpo y agarrarse a él como una hiedra voraz. Pero cuando compartes todos esos sentimientos que te machacan, cuando eres capaz de contárselos a un profesional, se van quedando sin abono y en el mejor de los casos acaban hasta muriendo. Y entonces te das cuenta de que la muerte no tiene por qué ser necesariamente mala, sino que es el tránsito a un espacio en el que uno se puede sentir mejor, en paz, más tranquilo.
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Me abro en canal en las entrevistas
Química y electricidad. Hagamos todo lo posible para equilibrarlas y así poder iluminar nuestras vidas y la de los que nos rodean. A veces me preguntan por qué me abro en canal en las entrevistas, que por cierto es una pregunta que de vez en cuando yo también me hago. “Qué necesidad tengo yo”, me digo a mí mismo cuando me meto en estos berenjenales.
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Normalizar los miedos
Y la verdad es que tengo varias respuestas. Creo que los personajes populares podemos poner nuestro granito de arena hablando con normalidad de miedos y sentimientos que muchas personas no se atreven a compartir por vergüenza.
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Se puede ayudar en algo
A veces me siento en la obligación de compartir este tipo de emociones porque noto –ya que así me lo hacen saber los innumerables mensajes que recibo– que de alguna manera, por pequeña que sea, se puede ayudar en algo. Y luego también creo que existe un componente egoísta. Me ayuda a liberarme.
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Le ocultamos a mi madre mi depresión
Cuando me diagnosticaron depresión, lo primero que decidimos mis hermanas y yo fue ocultárselo a mi madre para evitarle preocupaciones. Yo no quiero contarle las cosas que me inquietan para no darle quebraderos de cabeza y me estoy dando cuenta de que me equivoco porque lo que consigo es el efecto contrario: que mi vida sea un enigma para ella. Y, ante el desconocimiento, la imaginación se le dispara y se pone casi siempre en lo peor.
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