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Me entrevista Sandra Barneda para su programa y cuando acaba de hacerlo me quedo con una sensación raruna. Y no por Sandra, que es una compañera a la que conozco desde hace años y siempre me recuerda que tengo que organizar una fiesta en mi casa. A mí ella me hace mucha gracia porque de primeras parece que cargue a sus espaldas con todo el peso del universo pero creo que es por timidez porque en cuanto le tocas un poquito las palmas se desmelena y se convierte en una loquita divertida. Decía que salgo raruno después de la entrevista. Sandra me pregunta y vuelve a preguntar por temas políticos y yo contesto lo que pienso o creo pero luego tengo la sensación de que poco puede importarle a la gente lo que yo diga. La gente está harta, cansada de que la engañen, hastiada de escuchar arengas contra la corrupción. La audiencia no necesita que le recuerden que todo va mal; lo que exige son soluciones y no tanto palabrerío. Muestro mi apoyo al PSOE y a Pedro Sánchez, aprovecho para decir que me gustaría que Susana Díaz dejara de dar la lata, hablo sobre el fenómeno Podemos y le dedico un “Hasta Nunqui” a Rajoy.
Por higiene mental no leeré durante unos días lo que se escriba sobre mí porque intuyo que me caerá alguna que otra hostia. Esa es mi intención pero luego siempre pico con los tremendistas titulares de ‘Periodista Digital’. Recojo el último para que sepan de lo que hablo: “Jorge Javier Vázquez machacado por varios actores antes de su debut teatral”. Al leerlo se me viene a la cabeza la imagen de una manifestación encabezada por Willy Toledo pidiendo la dimisión de Wert –él siempre tiene la culpa de todo–por mi osadía de subirme a una escenario pero después resulta que ese “varios actores” se refería ni más ni menos que a dos. No sé yo. Aunque semánticamente sea correcto, a mí me parece un poco traído por los pelos.