No pudo ser. La entrevista que dio en el ‘Deluxe’ no sirvió para estrechar lazos con sus compañeros: al contrario. Ellos creen que se equivocó con su actitud –la calificaron de distante y altiva– y Matamoros se siente un incomprendido. Es decir, que tenemos todos los números para que el ambiente en ‘Sálvame’ esté bien cargadito por una temporada. El problema de Matamoros es que no se da cuenta de que sus compañeros le quieren. Incapacitado para pedir auxilio, cariño o cualquier muestra de sentimiento que para él implique debilidad, si persiste en esta actitud está condenado a convertirse en un elemento aislado. Pero yo confío en él. Es listo. Recapacitará. Si no lo hace, estoy convencido de que se larga del programa. Su orgullo le impedirá convertirse en una nueva Karmele.