Siempre que Concha Velasco venía al ‘Deluxe’ yo no estaba, así que empecé a sospechar que no quería verme. Sé que estuvo disgustada conmigo durante la época en la que presentaba ‘Aquí hay tomate’ porque emitíamos informacioón sobre Paco Marsó bastante comprometida. El caso es que yo la he admirado durante muchísimos años. Hubo una época en la que ofrecía entrevistas hablando sobre su vida personal que eran auténticas obras de teatro. ‘Cinco horas con Mario’, pero en versión 2.0.

Largaba sobre sus sentimientos lo que no estaba escrito y mis amigos gais y yo mismo –también gay– nos sentiíamos muy identificados con su manera de vivir y sentir. De ahií acuñamos la frase: “Yo no quiero ser Concha Velasco” cuando aparecía un tío en nuestras vidas que volvía nuestra existencia del revés. Luego, creo que sus hijos le llamaron la atención y le dijeron que ya valía de ventilar interioridades, y ella se retiró a sus camerinos y se puso a hacer teatro como una loca. Echo de menos a aquella Velasco descontrolada emocionalmente, pero me gustó reencontrarme con la nueva Concha el pasado sábado. Bajó las escaleras del ‘Deluxe’ al ritmo de ‘Mamá, quiero ser artista’ y no pudo evitar tararear la canción y moverse al ritmo de la música.

La que nace vedete morirá siéndolo. Creo que si por ella fuera iría más a la tele y se despendolaría lo que no está en los escritos, pero su familia debe estar todo el día diciéndole que procure no dar la nota. Entiendo a ambas partes. A sus hijos porque quieren protegerla, y a ella porque se le nota que es muy feliz en un plató de televisión, contando batallitas de ayer de hoy y de siempre y sintiéndose muy querida. Durante nuestro encuentro, le recordé que guardo varias tarjetas que en su día me envío dándome las gracias por las entrevistas que le hacía. Al acabar la suya del ‘Deluxe’, me mandó un mensaje al móvil agradeciéndome el cariño y el respeto. Han pasado veinte años desde que nos conocimos y parece que volvemos a recuperar las buenas costumbres. Quiera o no quiera, la Velasco forma parte de mi memoria.