Si Alba Carrillo fuera la protagonista de una novela sería la de 'La chica del tren' pero sin ser borracha. Esto es: una mujer aparentemente zumbada que vaga por la vida sin cencerro después de que un marido muy malo malísimo se las hiciera pasar canutas. Esto es la impresión que da, claro, porque Feliciano López no se ha manifestado y lo mismo la versión que nos ofrece Alba está adulterada y tiene poco que ver con la realidad. Quiere esto decir que hablo de oídas, no de certezas.

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Alba carrillo y feliciano

De lo que nos cuenta Alba, que es lo que les sucede a muchas parejas aunque ella lo impregne de tales tintes trágicos que la situación parezca única. Cuando Alba se siente cómoda se refiere a su matrimonio de manera casi cómica: narra con gracia episodios de suegros entrometidos y la ausencia de relaciones sexuales con Feliciano. Las pocas que tenían, según ella, eran con el Deluxe de fondo. “Por eso ahora que estoy escuchando tu voz –confesó la muchacha- me acuerdo de los momentos vividos y me estoy poniendo un poco”.

Cuando tuvo que enfrentarse a los colaboradores la Alba divertida y controlada se convirtió en un catálogo de emociones exaltadas: lloraba, reía, se quedaba muda, volvía a recuperar el habla para inmediatamente llorar de forma desconsolada y así hasta que abandonó el plató. A simple vista no tiene pinta de ser una mujer muy centrada pero también es verdad que posee algo que hace que te quedes pegado a su narración. Es vulnerable, tierna y aparentemente necesitada de cariño. “La típica tía que se cruza por tu vida y te la destroza” me escribe un amigo. El sábado me llama mi madre y me pregunta: “¿pero es verdad todo lo que contó?”. Y yo no supe decirle ni que sí ni que no.