Desde que se conocieron en Madrid el pasado mes de septiembre, no hemos parado de ver juntos a Tamara Falcó (32) y a Enrique Solís Tello (24) en actos públicos de la ‘jet set’. El más sonado de todos fue hace tan solo unas semanas. A Enrique se le ocurrió invitar a Tamara a la boda de su hermano, Miguel Solís, con Paloma Valenzuela, en Sevilla y dieron más que hablar que los propios novios.

Los rumores sobre una posible relación sentimental entre los jóvenes son tan frecuentes que hasta la madre de ella ha hecho declaraciones ante los medios: “Es un chico estupendo, simpático y muy buen amigo de Tamara”, según Isabel Preysler. Algo que los propios implicados no se cansan de repetir.

Formado en medio mundo

La vida de Tamara ha sido noticia desde el mismo día en que nació; incluso la hemos visto por entregas en televisión. Pero Enrique no hace mucho que contesta a las preguntas de los periodistas, casi siempre en relación a su faceta de empresario.

Él mismo se define como el más bohemio y rebelde de los cuatro hijos de Carmen Tello (mujer del torero Curro Romero) y su exmarido, Miguel Ángel Solís y Martínez Campos, marqués de Motilla. Estudió Administración Internacional de Empresas en Madrid y después completó su formación en Nueva York, Londres y París. A su regreso a nuestro país, se asentó en Madrid, muy a pesar de su madre, que le hubiera gustado que se quedara cerca de ella en Sevilla como el resto de sus hermanos.

Un joven hombre de negocios

Es en la capital es donde ha puesto en marcha su actual negocio: la cadena hotelera One Shot Hotels. Aunque todos sus hermanos están implicados de alguna manera, es Enrique quien se encarga de la gestión junto a su socio, Emilio Mendieta, además de la parte internacional, con lo cual la mayor parte del tiempo está viajando fuera de España.

Empezaron con un establecimiento en el centro de la ciudad y enseguida tuvieron éxito con su concepto de hotel de lujo pero a precio ‘low cost’, así que no tardaron en abrir el segundo. La previsión es que la cadena llegue a ciudades como Sevilla y Londres en poco tiempo.

Aparte de su empresa, Enrique es el encargado de gestionar el patrimonio de la familia, que son poseedores de una de las mayores fortunas de Andalucía. En su escaso tiempo libre, el joven sevillano, que es del Betis, practica deportes como el esquí, monta a caballo, escucha música de Vetusta Morla y Dorian y se consagra a la fotografía, una de sus grandes pasiones. Y mientras no tenga intención de pasar por la vicaría, seguirá siendo uno de los solteros de oro más cotizados de España.