Hace unos años, decir el nombre de Pocholo Martínez Bordiú era sinónimo de frenesí. Era la época de ‘Hotel Glam’, cuando su popularidad se disparó, y todos lo imitábamos repitiendo sin cesar “¿dónde está mi mochilaaaaaa?”. Lo recordamos como si fuera ayer, aunque han pasado 14 años. En este tiempo, el de la melena rubia ha alimentado su ritmo de vida hippy, y parece haberse tranquilizado. Normal, ya quemó todos los cartuchos que la fama tenía que ofrecerle a principios del milenio… hasta ahora, que se ha visto envuelto en un escándalo.
La trama que ha salpicado a Bordiú nada tiene que ver con su pasado televisivo ni con su familia. Su nombre ha saltado a la prensa después que una de sus propiedades inmobiliarias, concretamente el piso que tiene en Las Rablas barcelonesas, haya sido precintado debido a que estaba siendo empleado como casa de citas. La persona que lo había alquilado, a su vez subalquilaba las habitaciones a diferentes clientes que las empleaban para mantener encuentros sexuales esporádicos. El Ayuntamiento de Barcelona, hace unas semanas, precintó el apartamento por “actividad ilícita”, tal y como informa el periódico ABC.
Lamentablemente, esta situación no es rara en la ciudad catalana, que ha visto como numerosos pisos del centro son empleados para estos menesteres para los que no tienen ningún tipo de licencia sin que los dueños estén al corriente de lo que sucede en sus propiedades. En el caso de Pocholo, parece que sí estaba al corriente, y, al enterarse, denunció al Consistorio.
Tras este aviso, la Guardia Urbana se puso a investigar si efectivamente la casa se empleaba de manera ilegal, y tras no poder contactar de ninguna manera con los arrendatarios, acabó precintando el inmueble, y decomisando absolutamente todo lo que se encontraba en el interior. Esta semana se ha levantado el precinto, y Martínez Bordiú podrá volverlo a alquilar. Eso sí, esperemos que esta vez tenga más suerte con los nuevos inquilinos…