‘Sábado Deluxe’: Tamara, ex novia de Kiko Rivera, cuenta con todos los detalles de su drama con las drogas

Perdió todo su dinero por las drogas. "Me gasté todo, podría haber tenido una casa", admite. Ahora lleva cinco años limpia y le da todo su apoyo a Kiko Rivera.

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Desde que Kiko Rivera contó en la casa de 'GH Dúo' que tuvo problemas con las drogas, adicto a la cocaína, hachís y marihuana, no se habla de otra cosa ni dentro ni fuera de la casa. Ylenia fue la primera en admitir en el concurso que también había tenido problemas de adicción y ahora ha sido Tamara, la bailarina y camarera que fue la primera pareja de Kiko ha confesado también su adicción. La pareja consumía cuando estaban juntos. “Cuando estaba con él me dejaba llevar y consumíamos juntos”, contó en ‘Sábado Deluxe’.

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“Era una fiesta brutal”, confesó Tamara sobre las fiestas que vivía con Kiko Rivera. Desde los 18 hasta que yo me quedé embarazada de mi hija, era una fiesta continua, porque yo trabajaba en la noche. Al principio lo usaba como un coqueteo, para integrarme”, admite.

Desde que empezó a salir con Kiko hasta que su relación acabó, ganó mucho dinero en televisión, de lo que no le queda nada por su adicción a las drogas. “Me gasté todo, podría haber tenido una casa”, admite, de no haber gastado todo ese dinero en drogas.

“¿Comprabais las drogas?”, le preguntó Jorge Javier Vázquez a Tamara, pero la camarera no quería entrar en muchos detalles, sobre todo en lo que tuviera que ver con Kiko. “Cuando él salga de la casa, lo tiene que decir él. Si nosotras hablamos, a él le puede perjudicar, no causar una recaída, pero sí le puede afectar en su estado de ánimo. Lo que necesita Kiko es que todo el mundo le aplauda”, pidió.

“Yo no era la novia perfecta, porque evidentemente estaba metido en ese mundo”, reconoció. Pero lo peor estaba por venir. Después de dejarlo con Kiko Rivera, Tamara tocó fondo. “Tuve una discusión con el padre de mi hija, salimos de fiesta y, recuerdo, que le dejé en casa y seguí de fiesta. Después me daba asco, pena y me moría de impotencia porque no podría coger el teléfono para llamar a mi madre ni a mi abuela y pedirles ayuda”, admitió. Finalmente, cogió el teléfono y llamó a una ambulancia. “Ahí es cuando yo digo: ‘ya, Tamara’”. Durante este tiempo, ha tenido ayuda psicológica y ha estado en tratamiento médico. Desde que se quedó embarazada está limpia.

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