Como Alphonso –apreciése la Ph del nombre- vuelve 40 años después de su última películas a las pantallas. Raphael regresa al cine. Lo hace con una “comedia total”, como la define su director, Álex de la Iglesia. “Desmadrada, excentrica, frenética, con muchas risas y persecuciones”. “Voy a hacer reír”, confiesa ilusionado el cantante de Linares quien, en sus ocho películas anteriores, de una manera u otra, siempre daba vida a un héroe o a un golfo, pero romántico y cantarín. Aquí no. En ‘Mi gran noche’, como su canción, será un divo de los escenarios de otros tiempos que tendrá que batirse en el escenario con un ídolo de estos con millones de fans teenager en legión, interpretado por Mario Casas. Será en el de un especial de Nochevieja grabado en verano por el que desfila una auténtica parada de monstruos con los rostros de Hugo Silva, Carmen Machi o Carlos Areces, muy al estilo de ‘El mundo está loco, loco, loco’.

 

Debutó en el cine en 1963 en ‘Las gemelas’ y a lo largo de esa mítica década rodó ocho largos, todas de corte melodramático y de romanticismo kitsch. Preparémonos para ver a un nuevo Raphael de cine. “Esta vez voy a hacer reír, que es una de las cosas que más hacen falta en estos tiempos”, avisa este cantante, único en el mundo con un Disco de Uranio colgado sobre las paredes de su casa. ¿Por qué su retirada a lo Greta Garbo de las pantallas? No lo explica, pero sí que aclara dos cosas: que no se le ha olvidado lo de la interpretación. Punto 1. Y 2. El secreto de su vuelta. “Me han tentado muchas veces para volver, pero yo siempre contestaba lo mismo: Dame un guion. Querían que me comprometiera a ciegas... Álex, en cambio, fue el listo y me dio uno. Los demás se escaqueaban”, confiesa.

 

La trama de ‘Mi gran noche’, que comienza a rodarse la próxima semana en los ahora vacíos platós de Telemadrid, tiene como punto de arranque la grabación de un especial de fin de año de la tele que, como suele ser habitual, se realiza varios meses antes de la Nochevieja y un día de trabajo apresurado en agosto ocurre algo que los confina, a estrellas, público y trabajadores de la gala. Muchos egos y frustraciones en un espacio cerrado donde, como suele suceder, sale lo mejor y, sobre todo, lo peor que llevamos dentro.

 

“Llevo toda la vida tirándome a la piscina. Arriesgando”, dice Raphael sobre el reto cinematográfico que encara, algo que para el director vasco no lo es tanto porque “este hombre actúa en cada canción que interpreta. Siempre lo ha hecho. Nunca vi un cantante que actué tanto en cada tema como Raphael”. No obstante, para el cantante, “esto es diferente –contesta el de Linares -. Aquí, lo mejor de este papel es que esta vez no voy a hacer de Raphael y eso algo que me hace mucha ilusión”.

 

Porque tampoco es un secreto que Álex de la Iglesia cumple con esta película su gran sueño, el de trabajar con Raphael, algo que, confiesa, casi acabó casi convirtiéndose en una obsesión: “Ya en 'Balada triste de trompeta' había una secuencia en la que veíamos un trozo de una película de Raphael en la que hablaba con Carlos Areces desde la pantalla. Ahí tuve la suerte de conocerle. Le llamé para que viera la película y me dijo que lo quería doblar él. Le comenté que un día tendríamos que hacer una película juntos y no me tiró un zapato a la cabeza sino que fue muy amable. Con esa esperanza hice un guión, jugándomela porque sin él la película no tendría sentido. Menos mal que aceptó”.

 

Y eso que para el cantante, comprometerse a actuar era “complicado porque mis giras son matadoras e interminables. Sin embargo, este guión me gustó mucho porque me ofrece la posibilidad de tocar un palo que yo nunca he tocado, que es hacer reír a la gente. Mis películas siempre han sido románticas, se me moría la chica encima y esas cosas. He de decir que yo quería hacer cine con Álex hace mucho tiempo, desde que vi ‘La Comunidad’, que es la película suya que más me ha gustado”.

 

Entonces era un inmueble, ahora la tele -un caldo de cultivo perfecto para la comedia”-, después, ya veremos porque, sí, Raphael asegura que este regreso no va a ser algo circunstancial ni esporádico. Sabe que es el principio de un nuevo comienzo en el Séptimo Arte, aunque, como artista que es, en esto del arte tampoco todo vale por neo principiante que sea. “Sí, sí. Voy a seguir haciendo cine, pero primero quiero leer los guiones”.