Rafa Mora está de cumpleaños: así ha sido su brutal cambio

El colaborador se ha convertido en una pieza fundamental de 'Sálvame' y ha realizado un enorme cambio desde que saltó a la fama gracias a 'MYHYV'...

Actualizado a 02 de mayo de 2019, 16:28

Mucho ha pasado desde que Rafa Mora saltase a la fama como pretendiente en 'Mujeres y hombres y viceversa'. El entonces desconocido joven no podía ni imaginar lo que le esperaba el futuro. De tronista ha pasado a ser uno de los colaboradores con más frentes abiertos de 'Sálvame'. Claro que no solo su carrera ha evolucionado, también su físico. ¡Y vaya cambiazo! Echamos la vista atrás para ver cómo ha ido transformándose con el tiempo...

Rafa Mora

Rafa Mora ha logrado triunfar mucho más de lo que podría haberse imaginado. El extronista llegaba a la televisión con el objetivo de encontrar el amor de mano de Emma García y, poco a poco, llegaba a ser uno de los rostros más reconocidos de 'MYHYV'. Los bolos, los realities y ahora 'Sálvame', una carrera meteórica.

De cumpleaños

Rafa está de cumpleaños. 36 añitos lleva ya la criatura y no para de triunfar. Si aparecía en 'Sálvame' como colaborador interino, ahora ejercer de titular. Su amistad con Kiko Rivera o sus contactos con muchos famosos han hecho que se integre muy bien en el programa.

Cambio radical

Así es como estamos acostumbrados a verle actualmente. A veces con el pelo un poco más largo o con los músculos un poco menos hinchados, pero la imagen de Rafa no siempre ha sido tan estable.

Irreconocible

En su Instragram, Rafa compartía hace poco una instantánea en la que se aprecia que el tiempo también ha hecho de las suyas en Rafa Mora. Con 21 años, apenas lucía pelo en la cabeza, que lo llevaba prácticamente afeitado. Eso sí, entonces, como ahora, adoraba hacerse fotos sin camiseta.

Vuelta al pasado

La nostalgia ha hecho que Rafa, de vez en cuando, vuelva a raparse y nos deje una imagen más cercana a la que conocimos en 'MYHYV'.

¡Cuerpazo!

Otra cosa no pero Rafa puede presumir de cuerpazo sin problema. ¡Madre mía!